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Editorial Fiordo: un laberinto de paisajes reales e imaginarios

Paulina Retamales Por Paulina Retamales

Navegar por el catálogo de la editorial argentina Fiordo no dista mucho de hacer una travesía por un golfo estrecho y profundo, en donde los libros van apareciendo en el paisaje como montañas de laderas abruptas por las cuales el lector puede adentrarse y recorrer el particular paisaje literario que sus editores, Salvador y Julia, nos quieren enseñar. [Créditos portada: Dominique Besanson]

Fiordo nació en Buenos Aires en el año 2012 en un momento de efervescencia editorial en Argentina, pero sus orígenes se remontan quizás mucho más atrás: «En mi casa familiar siempre hubo libros, grandes bibliotecas, y un gusto por las buenas ediciones. Mi acercamiento a los libros es muy natural, casi de manual» nos cuenta Julia Ariza, socia fundadora de la editorial.

De manual o no, su historia bien podría ser material para escribir un relato: Tuvo un abuelo inmigrante italiano al que no conoció, pero que armó una biblioteca maravillosa que dejó en herencia. Julia cree que «su biblioteca fue el germen de mi gusto por la gratificación material que ofrecen ciertos libros. Hablo de hermosas ediciones ilustradas, tiradas limitadas, catálogos de todos los museos que se puedan imaginar». Una biblioteca de cuento, diría yo.

Julia estudió historia del arte y esa biblioteca le alimentó la carrera durante años. «No recuerdo no tener libros alrededor». Y eso es porque a la biblioteca de su abuelo se le sumaba la biblioteca de la casa de su tía ―que era profesora de literatura―, donde pasaba los veranos, y la de sus padres, en Buenos Aires, quienes tenían una biblioteca llena de clásicos, contemporáneos, ensayos, teoría y política. Hasta que llegó el momento en que Julia formó su propia biblioteca ―y editorial― junto a su socio y pareja Salvador Cristófaro.

De formación fotógrafo y actor, Salvador reconoce ser un lector voraz desde pequeño y compartir el gusto por la estética con su compañera. Salvador no creció en un ambiente familiar tan literato como el de Julia, pero sí los libros siempre fueron su refugio.

Comenzaron Fiordo publicando reediciones, primeras traducciones al español de lenguas no tan traducidas y autores latinoamericanos que ya habían destacado en sus países originarios. Pasada una década de ese primer impulso, y para fortuna de sus lectores, esa ruta se ha ido ampliando y cruzando fronteras. En 2018, con veintiséis títulos publicados, la Cámara Argentina de Librerías les otorgó el Premio a los Editores del Año. Ese reconocimiento de sus pares y el éxito inesperado de su libro más vendido marcaron los inicios de esta editorial.

«Stoner», rescate editorial de Fiordo (2016), se transformó en un éxito de ventas. Créditos: Fiordo.

Julia y Salvador tuvieron la gran idea (gracias a una sugerencia de Sergio Parra, dueño de la librería chilena Metales Pesados) de rescatar del olvido el libro Stoner, del autor norteamericano John Williams. Una novela que fue editada en 1965, ignorada por la crítica en su tiempo, pero que tras la traducción y publicación de Fiordo en 2016 se transformó en un éxito de ventas total. Ya llevan diez reimpresiones y alrededor de treinta mil ejemplares vendidos.

Guiados por la intuición y la pasión que sienten por los libros, Fiordo se fue posicionando como una editorial pequeña ―que no independiente― para «lectores sensibles, curiosos, exigentes y poco prejuiciosos». Julia lo atribuye a ese «olfato» que les dice que algo le puede hablar a otros lectores además de a ellos, y a veces se trata de títulos o autores que quizás no formarían parte natural del catálogo, pero que perciben que pueden abrirles una nueva vía.

No se sienten cómodos llevando la bandera de la independencia porque todo el tiempo están estableciendo alianzas con actores de la cadena del libro que rompen con esa supuesta autonomía. «Si una editorial quiere que sus libros se conozcan, se vendan, se recomienden en la prensa, circulen entre lectores, y sobrevivir sin cobrarle la edición a sus autores, debe negociar todo el tiempo la idea de independencia», han declarado sus editores.

En lo que sí no han tranzado es en la diversidad de su catálogo, en donde nos sorprenden con los primeros cuentos del chileno Juan Pablo Roncone, nos enfrentan con la realidad  de la Italia de la postguerra bajo la aguda mirada del guionista de Fellini, Ennio Flaniano, nos permiten intentar descifrar la noche y el suicidio en los ensayos del británico Al Alvarez, e incluso contemplar la poesía sobre el Eros, de Anne Carson, una de escritoras inglesas más admiradas del siglo XX.

Créditos: Fiordo.

Arrancaron en 2012 con El diván victoriano, de la inglesa Marghanita Laski, y le sucedieron autores como Joyce Carol Oates, John Williams, Joan Didion, J. G. Ballard, Michael Cunningans, Hilary Mantel, entre otros. Una selección extranjera de primer nivel, inesperada en un mercado que suele responder a lo local. Sin embargo, Fiordo ha apostado por las traducciones y en ello han encontrados grandes aliados y reconocimientos.

Pero el reconocimiento viene también de la mano de sus autores. Mike Wilson, un autor norteamericano-argentino que residen en Chile hace años y que ya ha publicado cuatro obras con ellos, dice que Julia y Salvador «editan con cariño, hacen lecturas meticulosas, respetan el texto y el resultado es siempre una edición impecable. Eso no ha variado con el tiempo. A veces, las editoriales independientes parten con mucho entusiasmo, pero con los años y frente a los desafíos, descuidan su labor. El caso de Fiordo es todo lo contrario. Su catálogo ha crecido y se ha convertido en una bellísima colección de libros. Conocen su identidad editorial y su oficio a la perfección».

Ese ojo agudo que reconocen sus autores en Fiordo es el mismo criterio que les llevó a publicar El río en la noche, la primera traducción al español de la primera novela de Joan Didion, y luego a publicar cuatro nouvelles de Joyce Carol Oates. Es como si cada apuesta de la editorial fuese un acierto: siguieron con Richard Yates y su libro de cuentos Mentirosos enamorados, que fue traducido por primera vez al español con ellos. O la publicación de Fludd, de Hilary Mantel, la única autora en ganar dos veces el Man Booker en Inglaterra.

En 2022 celebraron sus diez primeros años de vida con la inauguración de una nueva colección, Legua, dedicada a relatos de aprendizaje de distintos oficios encargados a autoras y autores argentinos. «Queremos abrir el catálogo a otros formatos y a otras formas de leer. Y luego, tenemos por delante consolidar la editorial fuera de Argentina. Son objetivos de mediano plazo en los que también ya estamos trabajando». 

Cuadernos, lápices, postales, tazas y bolsos con frases literarias diversifican la oferta de esta editorial. Créditos: Fiordo 

Mucha agua ha pasado por este Fiordo desde sus inicios y aunque ellos aún se consideran una editorial pequeña, actualmente gracias a la distribución los libros de la editorial se encuentran en Uruguay, México, Perú, Colombia, Chile y España. Y los libros no viajan solos, Julia y Salvador han sumado una colección de objetos tipo bolsos, tazones, gorras y cuadernos con frases destacadas de sus autores favoritos que promocionan activamente en redes sociales. «Muy de a poco entendimos el peso y potencial de las redes. Diría que aún hoy tenemos que adaptarnos y pensar cómo comunicar con algo de peso e interés lo que hacemos, pero con la liviandad propia de las redes».

Esa liviandad ya la vemos en su característico logo de pajarito con bufanda, en la facilidad con la que dan en el clavo en cada portada y elección de autor, y por supuesto en la comodidad con la que se les ve navegar por este Fiordo. En este viaje, Julia y Salvador piensan que los libros son una tremenda compañía, nosotros también.

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Paulina Retamales

Periodista de la Universidad de Viña del Mar. Gran parte de su vida la vivió en España, en donde se graduó en las universidades Autónoma de Barcelona y Oberta de Catalunya. Encontró su pasión por los libros y el mundo de la edición dirigiendo la FILSA de Santiago. Cofundadora de la Corporación del Libro y la Lectura, en los últimos años dirigió la editorial Vicens Vives Chile. Actualmente es docente del Diplomado de Cultura escrita y fomento lector de la Universidad Adolfo Ibáñez.

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