Entre los dos proyectos editoriales uruguayos reúnen gran parte de la mejor —y también menos convencional— literatura uruguaya contemporánea; la misma que intenta cruzar fronteras territoriales y temporales gracias a la gestión inagotable de su editor, Martín Fernández. [Créditos portada: HUM]
Hace quince años Martín Fernández partió editando libros que ya existían, en una especie de editorial de rescate. Le puso HUM de nombre, pero podría haber sido cualquier otro. Barajó llamarle Checa para que pareciese un proyecto polaco, pero finalmente se quedó con Hum porque es una palabra que no significa nada y cada cual le puede llamar como quiere: jum, um, ham. Lo que sí le preocupaba a Martín es que esta nueva casa editorial fuese diferente a todo lo que se estuviese haciendo en ese entonces en Montevideo. Quería hacer una edición diferente, usar un papel distinto y desarrollar un diseño único. Buscaba hacer un sello editorial que no pareciera uruguayo, ni en lo estético ni en el tipo de autor publicado.
Comenzó publicando a los autores que amaba. Se concentró en publicar escritores olvidados o descuidados por el resto de editoriales locales y puso todas las fichas en aquellos que él pensaba que serían los autores del futuro. Partió con un libro inédito del artista Joaquín Torres García, un diario de viaje y ensayo sobre su paso por Nueva York en los años veinte. Luego publicó a Mario Levrero en 2009 con Todo el tiempo y Los muertos/Aguas salobres en 2011, antes que el autor uruguayo resurgiera en gloria y que la multinacional Penguin Random House comprase los derechos de todos sus libros. Al cabo de un tiempo, Fernández incorporó a su catálogo a la escritora y activista política Cristina Peri Rossi, de la que ya ha publicado gran parte de su obra. Para Martín esos rescates serían los libros del dream team uruguayo.
«Valoro enormemente el trabajo que viene haciendo HUM en términos de rescates. Me fascina que hayan rescatado la obra de Cristina Peri Rossi, que publiquen a Ida Vitale y que reediten a Marosa DiGiorgio», le celebra la narradora y traductora Fernanda Trías, de quien han publicado sus tres primeros libros: La ciudad invencible, La azotea y No soñarás flores.
Pero este gusto por la literatura no comenzó en sus veinte, viene de mucho antes y empezó como un juego. En el liceo una profesora le presentó a un escritor y les hizo leer su libro, luego otro profesor les dio a leer poesía y les invitaba a lecturas en vivo y a largas conversaciones sobre literatura en un café del barrio. Fue allí que comprendió que la literatura estaba viva y más cerca de lo que pensaba.
Luego estudió lingüística en la Universidad a fines de los noventa,. Él mismo escribía poesía, le gustaba el formato experimental y descreía de la estructura tradicional del libro. Al cabo de unos años, su veta de gestor cultural autodidacta le llevó a formar junto a su amigo Leandro Costa la productora llamada Artefato.
Y fue bajo ese proyecto que comenzó a publicar con el sello AE6 Colectivo. Pidieron algunos textos de poesía a personas conocidas, salieron a fichar a los referentes de poesía por cada generación y lograron sacar veintiséis libros a la calle, entre ellos los libros de Enrique Fierro —marido de la reconocida poeta Ida Vitale—, y a Luis Bravo, Roberto Echavarren, Tatiana Oroño, Teresa Amy, Jorge Arbeleche, Selva Casal y Aldo Mazzucchelli, entre otros. Publicaron también guiones de cine, teatro, cuando nadie lo hacía en Uruguay y les fue bien. Los conocían como «un colectivo de poetas locos».
Pero Martín tenía nuevos planes y tras esa primera incursión editorial, en octubre de 2007 creó la Casa editorial HUM y tan solo cinco meses después fundó también Estuario editora, un sello con el que se siente más identificado, en donde se permite invertir en proyectos menos convencionales, autores nuevos, novela gráfica y poesía. De Estuario es la colección de novela negra uruguaya llamada Cosecha roja y la colección de libros de música, inspirada en la reconocida colección inglesa llamada 33 y 1/3 por la velocidad de un long play (LP), en donde cada libro desmenuza minuciosamente un álbum histórico, rastrea sus raíces, analiza su contexto, desencriptando su significado y sopesando su influencia, pero siempre bajo el punto de vista de un autor en particular.
De Estuario también salió la autora Mercedes Rosende y su novela negra El miserere de los cocodrilos en el año 2016, la que fue un éxito rotundo en Alemania y protagonista en la feria del libro de Frankfurt en 2018.
Había pasado tan solo un año desde su creación, en 2008, cuando Hum se convirtió en la primera editora uruguaya distribuida en toda Argentina, y más adelante en librerías de España, Perú y Chile.
Sobre la internacionalización de su catálogo Martín Fernández nos comenta: «uno de los mayores problemas para salir de este pequeño territorio son los costos logísticos. Por ejemplo, para un libro de 10 dólares puede llegar a salir 20 o 30 dólares el envío. Conseguir distribuidores y libreros es muy difícil por eso mismo. Aun así, tenemos algunos libreros que nos compran de diferentes países de Latinoamérica».
Actualmente, Hum y Estuario, aúnan un fondo editorial de autores imprescindibles para comprender la actual situación de la literatura uruguaya. Entre ficción y no ficción suman más de quinientos títulos que incluyen, por ejemplo, a Gustavo Espinosa, Daniel Mella, Leandro Delgado, Mercedes Estramil, Fernanda Trías, Felipe Polleri, Gabriel Peveroni, Cristina Peri Rossi, por solo mencionar algunos.
«HUM surgió en un momento de gran pobreza editorial en Uruguay y fue muy importante para todos, lectores y escritores y para el panorama literario uruguayo. Para mí sigue siendo la editorial independiente más importante del país porque una trayectoria debe sostenerse en el tiempo y de manera sólida, y HUM lo ha logrado», resume Fernanda Trías, quien actualmente reside en Colombia.
Desde entonces, Martín Fernández no ha descansado en su labor de editor, ni en su rol de promotor de la literatura uruguaya, en Uruguay y fuera de Uruguay. Pero tampoco descansa de su faceta de emprendedor y en 2014 abrió las puertas de la librería Lautréamont en el centro de la ciudad —a pesar «de la competencia bestial que existe a nivel comercial con las grandes librerías»— desde donde le presta especial atención a la producción de las editoriales independientes, organiza talleres y presenta libros. «Son las librerías de barrio las que están sugiriendo una literatura diferente y local, lejos del mainstream comercial», agrega.
Por lo pronto, han anunciado novedades de la escritora Virginia Anderson y de Leandro Delgado, de quien ya están formando una biblioteca. Y es así como Hum/Estuario van acompañando a los autores uruguayos dentro y fuera de las fronteras, ya no solo sacándoles del olvido, sino también descubriéndoles y perpetuando sus escritos para que sean leídos por las generaciones futuras.
«Tratar con autores a los que uno admira es la felicidad total, comparto con ellos una amistad de ida y vuelta, de compromiso. Hay una admiración y un trabajo en equipo que hace que lidiar con la cadena, mantener las ventas y todo lo imprescindible para que el buque no decaiga, compense y se asuma como parte de la tarea del editor», resume Martín.
