Una historia del primer amor, de autodescubrimiento, de amistad, de inclusión: “Un chico conoce a otro chico. Los chicos se hacen amigos y después… se enamoran”. Así definiría a Heartstopper, la exitosa saga de novelas gráficas que al día de hoy lleva cuatro volúmenes publicados y ha logrado conquistar a una audiencia principalmente juvenil y adolescente. Los trazos expresivos, los diálogos sencillos y la mirada desprejuiciada de su autora ha hecho de este relato de dos chicos una obra dulce y empática con la que es fácil conectar.
Heartstopper inició en 2016 como un webcómic inspirado en dos personajes secundarios de la primera obra de la joven inglesa Alice Oseman: Solitarie (2014). La autora e ilustradora se encariñó con ellos y primero decidió escribir un relato corto titulado Nick and Charlie (2015), que se situaba en la etapa universitaria, para después decidir ir más atrás y narrar esta vez de forma ilustrada los orígenes de esta relación, cuando eran apenas dos escolares que se conocían en un grupo de estudio.
Charlie Spring, el protagonista, es un tímido muchacho de 14 años, que debió enfrentar durante un tiempo el hostigamiento de sus compañeros cuando descubren que es gay. El relato parte cuando conoce a Nick Nelson, un alumno de un curso superior, jugador de rugby, que resulta ser además un muchacho muy amable, interesado en entablar amistad con él. Pese a las aprehensiones iniciales de Charlie, comienzan a compartir cada vez más tiempo juntos y de a poco surgen los sentimientos. Charlie se siente atraído por Nick, pero sabe que a él no le gustan los chicos. O eso cree.
Heartstopper es una historia que ha resonado especialmente en los lectores adolescentes y a quienes se sienten parte de la comunidad LGBTI+. Como dijo Oseman en una entrevista, parte de lo que ha querido transmitir a quienes disfrutan de sus historias es que las cosas realmente mejorarán y con el tiempo “es más fácil encontrar gente que es como tú y que te quiera por ser quién eres”. La historia de Nick y Charlie no solo aborda las emociones y nervios de este primer amor, sino que se desarrolla en un universo donde predomina la diversidad, con personajes trans y bisexuales, parejas de chicas, y claro está, romances entre chicos.
Salud mental y autocuidado
En la medida que avanza la historia entre los protagonistas, también avanzan los conflictos personales. Además de enfrentar los mutuos sentimientos, ambos deben exponerse al escrutinio de sus pares y de sus familiares, defender su derecho a ser y amar, y tras ello abordar sus propios problemas, prejuicios y miedos, un camino que comenzará en el primer volumen de la saga, con el reconocimiento de mutua atracción, para continuar en los siguientes tomos con la construcción de esta relación.
Sin embargo, como ya dije anteriormente, esta entretenida saga gráfica no aborda solo los aspectos más románticos de la relación entre Nick y Charlie. Como definió su propio trabajo Alice Oseman, Heartstopper es sobre “amor, amistad, lealtad y salud mental”. Presenta todas las pequeñas piezas de la vida de estos personajes que en conjunto dan forma a una historia que nos hace sentido como lectores.
A lo largo de los tomos iremos descubriendo algunos aspectos emocionales de sus protagonistas, como los cuestionamientos de Nick para definir su propia orientación sexual o los problemas que empiezan a superar a Charlie y requerirán apoyo de todo su entorno. Oseman logra construir un relato muy humano y positivo que en cierta medida es educativo sin ser aleccionador y que –a diferencia de muchas historias escritas o audiovisuales para adolescentes– deja en claro que el amor entre dos personas no es la solución a todas las dificultades que pueda enfrentar cada cual, que la dependencia emocional que puede exacerbar un primer amor no es saludable y, citando a uno de los personajes, “a veces la gente necesita más que el apoyo que una sola persona puede darle”.
Heartstopper en Netflix
En reseñas y comentarios recuerdo haber leído en más de una ocasión una opinión con la que concuerdo: Heartstopper es una historia ideal para leer en la etapa escolar. No es que ya de adultos no la disfrutemos, sino que se siente como un relato que aporta más a esa edad, que es una compañía, un mensaje valioso y una manera de ampliar la mirada respecto al mundo, un recordatorio de que es necesario romper la brecha de la heteronormatividad para una sociedad más empática e inclusiva.
Con eso en mente debo decir que estoy muy contenta con la noticia de que esta saga llegará a la pantalla a través de Netflix, porque ello llevará a un hecho innegable: la popularidad por sus libros seguirá en aumento y es más posible que nuevos lectores disfruten de esta historia que aún está a la espera de un quinto volumen, que debería ser el último y se estrenaría este año.
Heartstopper, la serie, ya tiene grabada su primera temporada y está en postproducción a la espera de anunciar su fecha de estreno. El guion estuvo a cargo de la misma Alice Oseman, quien habría trabajado en los ocho capítulos protagonizados por Joe Locke (Charlie Spring) y Kit Connor (Nick Nelson), más un joven y diverso elenco que incluye a la actriz trans Yasmin Finney en el papel de Elle Argent, una chica trans que se transforma en el interés romántico del mejor amigo de Charlie en esta saga. Tal como declaró el director de contenido infantil y familiar de Netflix, Alexi Wheeler, Heartstopper «es una historia que merece ser contada» y, por supuesto, vista y leída.