Caperucita no hay sólo una. El antropólogo británico Jamie Tehrani logró identificar en el mundo 35 versiones, con variaciones en la trama o en los personajes, de este cuento, que comenzó a transmitirse oralmente hace 2.600 años.
Para nosotros es una pequeña niña que, vestida con capa roja y cargando una cesta de frutas, debe atravesar un bosque para visitar a su abuela enferma. En el camino se encuentra con el lobo feroz, quien trata de engañarla. Pero para los iraníes la idea de que una mujer camine sola por un bosque es impensada. Así es que la protagonista de este tradicional cuento infantil en Irán no es una ella, sino un él. Y en China, el lobo ya no es un lobo, sino un tigre.
El profesor y antropólogo de la Universidad de Durham, Inglaterra, Jamie Tehrani, lleva varios años estudiando el tema y ha logrado identificar 35 versiones del cuento «Caperucita Roja» en diferentes culturas y países. Y 70 variables en la trama y los personajes de Caperucita. Eso sí, el objetivo es el mismo. «Al observar cómo estos cuentos populares se han extendido y cambiado, nos dice algo sobre la sicología humana y qué tipo de cosas encontramos que son memorables», dice Tehrani al diario The Telegraph.
Tanto para él como para Jack Zipes, profesor de la Universidad de Minnesota y experto en este tema, los cuentos son más que historias. Tal como Zipes comentó al diario inglés, estas historias pueden haber ayudado a la gente a transmitir consejos para la supervivencia de las nuevas generaciones. El ha tratado de demostrar que los cuentos son importantes para que las personas se adapten a su medioambiente y a los cambios. Así, estas historias son utilizadas como puntos de referencia en distintas circunstancias. Sin importar que el animal sea un lobo o un tigre o que caperucita sea una niña o un niño.
LOS AÑOS DE CAPERUCITA
A través de la identificación de elementos comunes entre las historias que permanecían en las distintas culturas, Tehrani logró estructurar algo así como el árbol genealógico del cuento de Caperucita y descubrir que el «ancestro» más antiguo se remonta a más de 2.600 años atrás. Mucho antes de la primera versión publicada en Francia en el siglo XVII y su posterior adaptación, en el siglo XIX. En una época en que las migraciones y los viajes comerciales fueron la principal vía para que esta historia se transmitiera oralmente. Con el tiempo cambiaban o eran reinventadas, para servir a las siguientes generaciones.
Artículo de Tendencias, La Tercera 26 junio 2010.