Si hasta hace un par de años la delegación chilena tenía que compartir espacio con cinco o seis países; hoy el camino es totalmente distinto: gracias al esfuerzo conjunto entre el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, los gremios de editores y representantes de los autores, nuestro país luce un stand propio y amplio en Bolonia, en donde se muestra lo mejor de lo nuestro: libros, ilustraciones y hasta la obra de Violeta Parra, a los 100 años de su nacimiento.
Muestras, reuniones con editores y descanso. Todas estas acciones son posibles en el nuevo stand de Chile en la Feria del Libro Infantil de Bolonia. Créditos: Paulina Retamales
Es muy peculiar ver que quienes hacen largas colas para entrar en la feria más lúdica e infantil del mundo, sea un batallón de adultos que llegan de maletín en mano, con grandes carpetas de ilustraciones y actitud muy formal. Los mismos que luego hacen reuniones en pouf de colores o asientos de 50 centímetros.
Todo en la Feria del Libro Infantil de Bolonia está pensado en los sueños y realidades de niños y jóvenes, pero quienes llenan sus pasillos durante cuatro días en el centro de convenciones de la ciudad superan hace rato la mayoría de edad.
Algo de eso también tiene el recién inaugurado stand de Chile en La Fiera del Libro. Los 32 metros cuadrados albergan 18 metros de estanterías que exhiben lo mejor de la literatura chilena actual bajo la atenta mirada de los coloridos pájaros que diseñó Ángeles Vargas, el caballo azul en medio de un bosque de Alejandra Acosta y el símbolo ilustrado de los 100 años de Violeta Parra.
Es en este espacio donde la delegación de editores y autores llevan a cabo una intensa agenda de reuniones con agentes y scouts de todas partes del mundo, algo que hace cuatro años era impensable desde ese pequeño stand que cedía gratuitamente la feria y que tan dignamente sacaban adelante los colegas de la Plop! galería.
La profesionalización de la presencia de Chile en este evento ha ido in crescendo y la apuesta del Consejo del Libro liderada por el responsable del área de internacionalización, Gerardo Valle y la secretaria ejecutiva del Consejo, Paula Larraín, -presentes también en la feria- da cuenta de ello.
Las reinas de la fiesta ayer (qué bueno decirlo en femenino) fueron las escritoras Sara Bertrand y María José Ferrada; la editora de Amanuta, Constanza Recart, y la ilustradora Alejandra Acosta, quienes fueron premiadas en las categorías ficción y Nuevos Horizontes del Premio Bologna Ragazzi. No todos los días se recibe un reconocimiento de ese nivel en una biblioteca renacentista del año 1563, perfectamente mantenida.
- Las premiadas © Paulina Retamales
- Angeles Vargas © Paulina Retamales
- Pato Mena © Paulina Retamales
Los espacios idílicos de esta ciudad italiana tienen a todos con las esperanzas a flor de piel. “Me voy a luchar por mis sueños”, dice Pato Mena, ilustrador chileno radicado en Barcelona y que acaba de ser publicado en Japón, mientras se dirigía al Salón de Derechos.
¡Ciao, bambini!