g
Feria del Libro de Frankfurt
Columnas

El camino a Frankfurt de la literatura infantil y juvenil

Lola Larra Por Lola Larra

Entre el 6 y 10 de octubre del 2027, Chile será el país invitado en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, el evento literario y de venta de derechos más importante del mundo. Pero la preparación para ser invitado de honor es larga y ya comenzó, con un reconocimiento a ilustradores e ilustradoras como autores en toda regla. [Créditos portada: La Tercera]

Hasta el año pasado, en los radares de los chilenos y chilenas apenas estaba presente la Feria Internacional del Libro de Frankfurt. Fue una metida de pata de anteriores encargados de la cartera de Cultura lo que puso a la feria de libros y venta de derechos más importante del mundo en la primera plana: con incomprensible negligencia (¿flojera? ¿absoluta falta de visión?) se había declinado ser el país invitado de honor en 2025, dando al traste con más de una década de negociaciones y esfuerzos de tantos. Afortunadamente, hubo una rápida reacción de presidencia y de todo el mundo cultural y se logró revertir la decisión: Chile será país invitado entre el 6 y el 10 de octubre de 2027.

No hace falta repetir la extrema importancia que tiene este hito para el mundo editorial y literario chileno. Pero la preparación para ser invitado de honor es larga y acuciosa. La Feria necesita que definamos cuál es el estado actual de nuestra industria editorial (y para ello se está levantando un catastro exhaustivo), además de pensar y diseñar un enorme pabellón, programar exposiciones, seleccionar los invitados (se auguran peleas, cómo no) y sobre todo concebir una programación cultural a la altura. 

Por lo pronto ya hay un slogan: “Por los cielos despejados de la literatura”. Lo llamativo es que, en la firma del convenio con el Ministerio de las Culturas, el director de la Feria, Juergen Boos, apuntó que además de escritores y escritoras, “se destacarán las ilustraciones de libros chilenos, que han sido reconocidos internacionalmente con numerosos premios”. La frase de Boos es un reconocimiento a ilustradores e ilustradoras como autores en toda regla. La ilustración, esa hasta hace no mucho hermana menor y advenediza del mundo literario, se ve así entendida en todo su potencial: también se hace literatura con las imágenes. 

Para la edición actual de esta feria, la delegación chilena ya está en la ciudad alemana, en reuniones y eventos que se prolongarán entre el 16 y el 20 de este mes. Y ya están allí, en el stand de Chile (que pasó de tener 16 metros cuadrados a tener 60 en esta edición), las ilustraciones a gran escala de Paloma Valdivia, imágenes que desde el año pasado representan a nuestro país en ferias y festivales culturales.

Stand en Frankfurt 2024 de la editorial suizo-alemana Bohem. Al fondo, la edición en alemán de “El bosque”, de Sebastián Ilabaca, publicado originalmente en Chile por Ediciones Liebre. Créditos: Bohem Press.

La de este año es la comisión chilena más grande que haya participado hasta el momento (y que sin duda crecerá en las ediciones siguientes). Veintiséis representantes y más de treinta y seis editoriales y agencias literarias. Casi la mitad de ellos pertenecen a editoriales de literatura para niños y niñas. Está una agencia como Puentes, que representa a una buena cantidad de ilustradores. O VLP Agency, que sobre todo lleva a autores de literatura infantil y juvenil (LIJ), y a editoriales infantiles como La Bonita o Escrito con Tiza. Claraboya, Liebre, Zig Zag, Muñeca de Trapo, Calcetines Animados, Ekaré Sur, Pehuén, Mis Raíces… todas ellas son editoriales chilenas que hacen libros ilustrados para la infancia y que están hoy en Frankfurt.

Hasta hace poco la LIJ chilena viajaba tan solo a la Feria de Bolonia, la más importante de literatura infantil. Y las editoriales de cómic y novela gráfica iban al Festival del Cómic de Angoulême. Es decir, a ferias especializadas y no a la Gran Feria, la Feria de todas las ferias, que es Frankfurt.

El escritor y crítico Ted Gioia, en su blog The honest broker, en Substack, se quejaba amargamente hace poco: “Había oído que la gente había dejado de tener hijos, pero los libros más vendidos son todos para niños pequeños. Algo no cuadra aquí. ¿Dónde están los libros para adultos?”. Los primeros 15 libros de la lista que señala Gioia (los más vendidos de Amazon USA) son picture books, libros ilustrados, libros álbum. “A medida que avanzo en la lista, veo más de lo mismo. Libros diminutos para niños pequeños ocupan la mayor parte de los 50 primeros puestos. Por fin encuentro algo parecido a ficción seria para adultos en el número 42, donde se encuentra la nueva novela de Sally Rooney, Intermezzo. Esta es la cultura literaria que hemos creado para nosotros mismos, y es más pequeña que los niños que ahora marcan la pauta en el negocio del libro”.

Aunque al escritor estadounidense no le hace ninguna gracia este ranking y su artículo es una crítica a la falta de novelas para adultos entre los más requeridos por los lectores, para los que trabajamos seriamente en literatura para niños y niñas, es una gran noticia. Señala un estado de la industria editorial que, para bien y para mal, ha visto en la literatura para niños, niñas y jóvenes un potencial comercial inesperado y omnipresente.

En Chile vemos la pujanza de la LIJ desde hace más de una década: surgimiento de un sinfín de nuevas editoriales especializadas, mayor oferta, formatos y temas más arriesgados, cada vez más autores e ilustradores (y también más competencia, claro, porque aún no sabemos si hay cama para tanta gente). La presencia en ferias antes sólo destinadas a literatura adulta, es una señal más de este largo camino hacia un horizonte en el que los niños y niñas de hoy sigan siendo lectores cuando ya dejen de ser niños. En eso creemos y confiamos firmemente los que nos dedicamos a hacer estos imprescindibles “libros diminutos”. 

En diciembre del 2023 se realizó la firma del convenio que inició el camino de nuestro país a Frankfurt 2027. Créditos: cultura.gob.cl

Compartir en: Facebook Twitter
Lola Larra

Escritora, editora y periodista. Creció en Caracas, estudió y trabajó como periodista y editora en Madrid. En 2006 regresó a Santiago de Chile, y escribió “Al sur de la Alameda: diario de una toma” (2014). También es autora de “Sprinters” (2016) y “La eterna juventud” (2022). Es directora de Ekaré Sur.

También te podría interesar