Señalado por la prensa especializada como el escritor más exitoso de Francia, David Foenkinos llega a nuestras estanterías con su último libro: La biblioteca de los libros rechazados (Alfaguara, 2017), una novela que aborda —de manera liviana y entretenida— uno de los aspectos más desconocidos del mundo editorial: cómo descubrir un best seller en medio de una marea de manuscritos, y con eso darle el palo al gato al éxito comercial. Foenkinos también será destacado con novela gráfica, Lennon, en el próximo boletín Troquel.
La biblioteca de los libros rechazados (Alfaguara, 2017), la última novela de David Foenkinos, es como esas comedias francesas que de tanto en tanto exhiben en El Biógrafo que hacen pasar un rato agradable —con sus personajes geniales y sus tramas divertidas— donde hay algo de acción, algo de romance y algo de misterio, pero por sobre todo bastante humor. La novela, que tiene por protagonistas a una ambiciosa editora de libros y a un manuscrito de origen dudoso, tiene ironía y también amargura —como buena comedia francesa—, además de una fuerte crítica a la industria editorial y su constante anhelo por pegarle el palo al gato y hacerse de un buen bestseller a como dé lugar.
Su autor, David Foenkinos (París, 1974), el mismo que el 2009 vendió más de un millón de ejemplares con su novela La delicadeza y que el 2014 recibió los importantes premios Goncourt y Renaudat por Charlotte, estrena una faceta más liviana y divertida en esta nueva novela que trascurre entre París y Crozon, un pueblo de la Bretaña francesa, donde un romántico bibliotecario de nombre Jean-Pierre Gourvec ha abierto un espacio dentro de la biblioteca municipal de la ciudad para guardar los manuscritos rechazados por las editoriales. “Se puede dar allí tanto con un ensayo como El cultivo de las flores a le luz de las velas en una habitación de hotel cuando con un libro de cocina que recoge todas las recetas de los platos que aparecen en la obra de Dostoievski”, nos cuenta el narrador de La biblioteca de… para hacernos una idea de la variedad de manuscritos que empezaron a llenar las estanterías traseras de la biblioteca y de cómo algunos escritores cruzaban toda Francia para visitar el lugar y “quitarse de encima el fruto de su fracaso”.
A esa biblioteca llega un día de visita la exitosa editora Delphine Despero —que entre sus triunfos literarios exhibe el haber publicado la novela HHhH, de Laurent Binet (un dato que juega a darle realismo a esta historia fantástica)— quien junto su novio Frédéric, un escritor fracasado, descubre un manuscrito que le encanta entre los cientos de rechazados, escrito por un tal Henri Pick. Y es ahí donde comienza una verdadera comedia de equivocaciones en esta novela. Porque la editora decide ubicar al autor de la novela, quien ya ha muerto, y que no era otro que el viejo dueño de la pizzería de Crozon, y hablar con la viuda y, más pronto que tarde, urdir un plan comercial para publicitar la novela.
Laurent Binet ganó el premio Goncourt du premier roman (2010) por su primera novela, HHhH. La obra relata, de un modo personal, el asesinato del líder nazi Reinhard Heydrich en 1942. Créditos: La República
“Hemos dado con nuestra Vivian Maier”, anuncia Delphine a su novio, en alusión a la famosa fotógrafa cuyas fotos aparecieron después de su muerte: “Es prácticamente la misma historia. Y eso es algo que a la gente le encanta”. Con ese sueño de grandeza en la mente, la editora se lanza en una carrera por convertir esta novela en un súper ventas y a su autor, el pizzero Henri Pick, en un personaje de culto. Para ello no encuentra mejor cosa que alimentar el origen misterioso del autor —un cocinero que habría escrito esta novela sin que nadie a su alrededor, incluyendo a su esposa, se hubieran percatado— y que como Bartleby, el personaje de Herman Melville, tenía en su actitud anónima “una forma de rechazar el mundo, como si lo animase la ambición de quedarse en la sombra, a contrapelo de una época en la que todo el mundo busca la luz”.
Nos hace pensar en el lado menos amable de la industria del libro: el de la promoción, y el de cómo ciertas novelas logran triunfar no tanto por su calidad, sino por cómo nos conmueve —o se nos vende— la vida de sus autores.
Pero este plan por posesionar la novela de Pick como un gran hallazgo entre los miles de libros rechazados también trajo sus consecuencias. Si Pick, como Proust y O’Toole en su tiempo, no habían sido aceptados por los editores en un primer momento, esto hacía que la labor de los editores también fuera enjuiciada. Y no faltó que tras el éxito de la novela, surgiera la idea entre los escritores que era una suerte que lo rechazaran a uno: “Los editores no siempre tenían razón; Pick era un buen ejemplo de ello” y hasta hace que otra editorial publique —con relativo éxito— una novela que en su portada lucía como mérito el haber sido rechazada 32 veces.
Pero la novela de Pick trajo más absurdos y consecuencias, algunos divertidos —como que la biblioteca de Crozon se convirtiera en La Meca donde iban a parar miles de manuscritos rechazados de todas partes de Europa, o que llegaran miles de turistas a conocer la tumba de Pick o que el Ministro de Cultura de Francia instaurara el “día de los escritores no publicados”— y otras consecuencias más nefastas como separaciones matrimoniales, ambiciones económicas y literarias y enredos varios (porque también se pone en duda que Pick fuera el autor) que, a medida que avanza el libro, son cada vez más inverosímiles.
La biblioteca de los libros rechazados es una novela entretenida, liviana, sin grandes pretensiones, aunque a veces trata de ser más culta citando a Houllebecq o da Vinci y más creíble mezclando personajes reales con ficticios. Es una novela fantasiosa, cuyos diálogos son poco naturales (y casualmente están llenos de silencios y puntos suspensivos, sea quien sea el interlocutor) y aunque, es inverosímil en muchos aspectos, nos hace pensar en el lado menos amable de la industria del libro: el de la promoción, y el de cómo ciertas novelas logran triunfar no tanto por su calidad, sino por cómo nos conmueve —o se nos vende— la vida de sus autores.