En su segunda entrega, Evelyn y Amanda nos acercan a la obra de Hervé Tullet, el fantástico ilustrador galo, famoso por sus libros- juego lleno de formas y colores. Estos títulos, varias veces recomendados por nuestro comité Troquel, serán la delicia de los más pequeños, ¡no se pierdan este artículo!
En estos días, donde las pantallas de celulares, tablets y computadores se toman nuestras vidas aún más que antes, pensamos que sería bueno recomendar dos de los muchos y sorprendentes libros de Hervé Tullet. Este artista e ilustrador francés, nacido en 1958 en Avranches (Normandía), tiene el don de transformar la experiencia literaria infantil en un viaje de exploración e imaginación. Sus libros aseguran entretención y son interactivos pero “sin baterías y de energía renovable”, como dicen sus descripciones.
Lo que hace especiales los libros de Tullet es que los protagonistas son los niños y niñas, por eso son difíciles de olvidar porque los invitan a jugar, observar, tocar, explorar y crear, lo que facilita en gran medida el camino al mundo lector. Son libros que desafían la curiosidad, recurriendo a la sencillez y a la intuición. Como dijimos antes, las creaciones de Hervé Tullet son muchas, pero las que recomendaremos hoy son Colores (Kókinos, 2014) y Las vacaciones de Turlututú (Océano Travesía, 2013), ya que además estamos en unas adelantadas “vacaciones de invierno”.
—Amanda, ¿qué te gustaría decir de Colores? —“Para mí es un libro muy entretenido. Cuando me lo regalaron me gustó mucho porque muestra la magia de los colores y se aprenden las mezclas que forman otros colores. En arte nos enseñan en eso, pero ‘hacerlo’ en un libro es lo divertido. Además, creo que es muy bueno para este tiempo, porque yo creía que para hacer algo interactivo siempre necesitaba tecnología, pero no, él (Tullet) logró hacer algo así en un libro, y me parece bastante genial ya que a los niños nos gusta mucho la interactividad. Y pienso que les puede gustar a niños chiquititos y también a los más grandes”.
En Colores todo comienza con una mancha pequeña y gris que al presionarla todo se vuelve color y magia ¡sí, magia! transformándose en un instrumento ideal para fomentar la imaginación de niñas y niños, y por qué no también de los adultos porque su simpleza lo hace tan simpático e ingenioso que entusiasma a todos. Cada vez que vienen niños a nuestra casa, lo desempolvamos y siempre logra sacarlos de la caja.
¿Y de dónde nace tanta creatividad de Tullet, “el príncipe de los libros infantiles”? ¡Del aburrimiento! “Necesito estar aburrido para obtener ideas”, ha dicho. Así que cuando escuchemos ese clásico infantil de “estoy aburrido”, demos espacio y dejemos fluir con todo ese momento.
— Hija, ahora cuéntanos sobre Turlututú —“Es un personaje gracioso, sus historias son entretenidas y este libro es especial para leer en las vacaciones porque tiene juegos y actividades, es como un libro mágico y a los niños también nos encanta la magia. Por ejemplo, Turlututú te pregunta ¿dónde te irías de vacaciones? Y como ahora no podemos salir por esta cuarentena aburrida, podemos imaginarnos que viajamos, que estamos ahí sin salir de la casa. Una de mis partes favoritas es acompañarlo al supermercado… ¡Ah! y tiene pegatinas y un marco para dibujarlo”.
Este libro dormía hace un par de años en su biblioteca y al retomarlo para esta recomendación y recordar por qué le gustaba, comenzó nuevamente ese viaje, así que yo feliz con ¡unos minutos menos de pantalla!
En general, los padres luchamos contra ese “modo pantalla”, esta nueva situación en que nuestros hijos están todo el día frente a un dispositivo viendo videos, en chats o comunicándose con otros, pero en días de cuarentena y aislamiento social tenemos muy pocas opciones de restringir su uso entre el telestudio, las reuniones de curso y las videollamadas con amigas, profesores, compañeros y familiares. Y para ser honestos, también era desafiante controlar el exceso de tecnología antes de esta pandemia. Porque es innegable que ese sinfín de opciones para jugar, hablar y hacer, captura a los niños y también a nosotros, los adultos. Sin embargo, pequeñas ventanas como estos libros nos dan una esperanza en esa lucha y como bien dice Tullet frente a este hecho: «perderemos, pero lo importante siempre es participar».
