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Nuestro paso por México

Claudio Aravena Por Claudio Aravena

Invitados por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en la delegación oficial chilena a la Feria Internacional del libro Infantil y Juvenil de Ciudad de México, nuestro paso por la capital mexicana solo nos dejó momentos gratos y reconocimiento al trabajo que realizamos, que este año cumple la mayoría de edad....

Invitados por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en la delegación oficial chilena a la Feria Internacional del libro Infantil y Juvenil de Ciudad de México, nuestro paso por la capital mexicana solo nos dejó momentos gratos y reconocimiento al trabajo que realizamos, que este año cumple la mayoría de edad.

Nuestra fundadora, Verónica Abud, junto a representantes de Fundación Creamundos, la Fundación Filba y Fundación Alfredo Harp Helú, de Oaxaca. Créditos: FILIJ

Milagrosamente, la Van avanza rápido por las calles de Ciudad de México el sábado por la mañana, luego del largo trámite por inmigración; nuestro vehículo se dirige al hotel, en pleno Paseo de la Reforma, y comienza así nuestra semana de visita a la capital mexicana. Hace dos años, nuestro trayecto fue el mismo, solo que con dos horas de demora. Es que México es el país que más hemos visitado, donde más nos han invitado a contar nuestra experiencia de trabajo y en donde tenemos más amigos que reconocen nuestra labor.

México organiza todos los años la FILIJ, la feria del libro infantil y juvenil que reúne, en el parque Bicentenario, a una gran cantidad de personas –sobre todo niños de escuelas públicas– en torno al libro: editores, mediadores, educadores y escritores se dan cita en este gran y hermoso parque, ubicado a solo un par de pasos de distancia de la estación Refinería, de la línea naranja del metro.

Editores, mediadores, educadores y escritores se dan cita en este gran y hermoso parque

Este año el concierto de 31 minutos fue un éxito (como lo han sido en años anteriores en la FIL de Guadalajara o en la misma capital, en los teatros, a tablero vuelto), también los jam de ilustración de Oliver Jeffers –que siempre arranca suspiros– y de la argentina Isol. Todos los días, con una nutrida programación y a la espera de la lluvia y del calor (en ese clima otoñal tan particular de CDMX), cientos de niños bajaron de sus buses escolares para sumergirse en talleres, cuentacuentos; para escuchar a autores o ilustrar junto a sus artistas favoritos.

Y es que el parque Bicentenario (un símil a nuestro santiaguino O’Higgins, mucho mejor cuidado y con más programación) es el lugar ideal para recibir a la FILIJ. Además de los toldos de las editoriales, el parque ofrece espacios de recreación, baños, una gran acceso y lugares para conciertos al aire libre. ¡Qué ganas de tener una feria así en Santiago o en algún lugar de Chile!

Nuestra visita oficial comenzó el lunes 12 de noviembre, con una presentación en el stand de los invitados oficiales: Chile, Colombia y Perú, países que integran la Alianza del Pacífico. Cada país envió a sus representantes oficiales (en nuestro caso, Paula Larraín y su equipo del Consejo del Libro y la Lectura), además de los invitados que dictarían charlas, talleres y presentaciones, con el equipo mexicano.

Nuestra primera mesa estuvo compuesta por Verónica Abud, nuestra fundadora, junto a Felipe Munita, académico de la Universidad Autónoma de Barcelona, y a Fernanda Arrau, de Creamundos, quienes abordaron las claves del fomento lector en Chile, con ejemplos y demostraciones de los avances de los últimos veinte años.

Con libros en alto los fanáticos recibieron a Oliver Jeffers. Créditos: FILIJ

El segundo día, el martes 13, nuestra presentación fue al interior del programa dirigido a profesionales, en el XX Seminario Internacional de Fomento a la Lectura, que tenía como lema “20 años de leer en comunidad”.  En el segundo día del encuentro –que duraba tres jornadas– pudimos mostrar nuestro trabajo en estos 18 años de labor en Chile.

Los asistentes, más de 200 personas, conocieron de la voz de Verónica la misión de nuestra institución, los proyectos y alianzas que hemos desarrollado y nuestra experiencia en fomento lector en espacios no convencionales. Junto a la fundación Creamundos, la fundación Filba y su Filbita, la Fundación Alfredo Harp Helú, de Oaxaca y su proyecto de iniciativas móviles, ofrecimos un panorama de la participación privada en iniciativas que acercan los libros y la lectura a las personas.

Esta presentación despertó el interés de muchas personas que se nos acercaron en el café a conocer más acerca de nuestra labor en los proyectos de bibliotecas y en Troquel: los amigos de las salas de lectura de Oaxaca, que llevaron las últimas copias que repartimos de nuestro boletín; nuestra amiga de la Fundación Flamboyant, de Puerto Rico; una mediadora de Guatemala, entre otros amigos nuevos que ya hicimos; y que se unen a nuestras amistad a la distancia con mediadores colombianos, argentinos y mexicanos, que cultivamos a través de las redes sociales y con el envío mutuo de impresos y boletines.

Al cerrar el viaje, México nos confirma dos cosas: que necesitamos una feria del libro infantil y juvenil poderosa, que represente las aspiraciones de este activo sector editorial, y que los mexicanos son el pueblo más cariñoso y receptivo de este continente, ¡que viva México!

Representantes de nuestra fundación en Ciudad de México. Créditos: Claudio Aravena

 

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Claudio Aravena

Estudió Literatura y Educación en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es diplomado en Industrias Editoriales y magíster en Edición, en la UDP - U.Pompeu Fabra. Es gerente de desarrollo de La Fuente y participa como miembro colaborador de Colibrí IBBY Chile.

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