La destacada ilustradora nacional, Ale Acosta, se lanza a la piscina como autora con Pajarario (Quilombo Ediciones, 2015) -su primer libro- que presenta el próximo sábado 10 de enero, en la librería Qué Leo Pedro de Valdivia. En esta entrevista nos cuenta de su amor por las aves, de su conexión con el imaginario femenino y de...
La destacada ilustradora nacional, Ale Acosta, se lanza a la piscina como autora con Pajarario (Quilombo Ediciones, 2015) -su primer libro- que presenta el próximo sábado 10 de enero, en la librería Qué Leo Pedro de Valdivia. En esta entrevista nos cuenta de su amor por las aves, de su conexión con el imaginario femenino y de las novedades que trae el 2015, entre ellas, sus nuevos libros con Jeckil &Jill, Sexto Piso y Babel.
Ale Acosta en su taller
Eres diseñadora y te dedicaste mucho tiempo al área editorial, ¿cómo nace tu vocación de ilustradora?
La vocación viene desde la infancia. Recuerdo haber pasado muchas tardes de invierno llenando cuadernos con dibujos y fabricando muñecas de papel de esas a las que se les cambiaban los vestidos. Me encantaba diseñarles ropa a mi gusto y ahora me doy cuenta de que usaba ese recurso para inventar pequeñas historias. En mi carrera, siempre fue muy importante el tema del dibujo, y después de varios años de trabajar como diseñadora editorial me atreví a probar cómo me iba en el campo de la ilustración, sabiendo que era difícil porque tenía que partir de cero. No había tomado ni un taller, no tenía técnica, y menos un portafolio, así que me propuse armar uno en tres meses y partir a buscar trabajo.
Ilustración Ale Acosta para El árbol (Pehuén, 2013), de María Luisa Bombal.
Has tenido la posibilidad de ilustrar a distintos autores, principalmente mujeres, ¿qué te atrae de su escritura? ¿Ves alguna diferencia con la narración de hombres?
Se me notan tanto las obsesiones que las editoriales me mandan textos que saben que me van a gustar. Me conecto mejor con el imaginario femenino -en todas las artes-, me siento más a gusto y en sintonía con su simbolismo y su lenguaje.Los grandes referentes de mi vida son mujeres; y me siento muy afortunada al poder combinar mis gustos personales con mi trabajo. Pero lo interesante de ilustrar es que siempre estoy conociendo nuevas historias y nuevas formas de narrar. Cada libro nuevo es un descubrimiento y eso lo considero un privilegio.
De una invitación de Camila Rojas, editora de Quilombo. Yo llevaba un tiempo con ganas de hacer un libro, pero con puras ideas sueltas. Ella me animó a que hiciera algo. En lo primero que pensamos fue en un bestiario, y lo de los pájaros vino después. Ese es un tema que tenemos en común y que nos sirvió para que el proceso del libro fluyera de forma muy fácil. Al principio no tenía ninguna estructura y mi idea era sacarlo del típico formato académico y formal y convertirlo en una especie de juego, en donde a partir de pistas gráficas se le fuese entregando un carácter más humano a cada especie. Así, de a poco, fui llegando a lo que el libro es ahora y reconozco que estoy muy contenta con el resultado.
¿Qué te atrajo de editar con Quilombo? ¿Su dedicación por los libros ilustrados?
Como vengo del diseño editorial, siempre que miro un libro me fijo en detalles: las tipografías, el tipo de papel, los márgenes y hasta la impresión. Para mí son tan importantes como el texto y la ilustración. Y en ese aspecto, Quilombo siempre me llamó la atención, por la gran calidad de sus libros. Algo que me encanta, es cuando la lectura se convierte en una experiencia; ya sea porque un libro trae hilos, textos escondidos o páginas en blanco porque sí. Y yo sentía esa necesidad de probar con algo diferente. En el caso de Pajarario, trabajamos con un papel vegetal que permite que se genere una instancia de juego a medida que el libro se hojea. Tengo la suerte de que Camila haya confiado en mi propuesta y se haya arriesgado a hacer un librito que partió sin pies ni cabeza y que terminó siendo un objeto lindo y lleno de detalles.
¿De dónde nace tu amor por los pájaros?
Es bien difícil de justificar. Yo creo que influyen muchos factores, recuerdos de la niñez -en mi casa siempre había una jaulita para pájaros, muchas veces desocupada, porque se morían o se escapaban-, sus movimientos graciosos y a veces elegantes o la libertad de la que gozan. Los pájaros simbolizan dos cosas muy bellas: la levedad y la fragilidad.
Este año trae grandes desafíos para ti en términos editoriales, ¿nos puedes adelantar qué sorpresas trae el 2015?
Se vienen varios libros este año, todos para el primer semestre. Voy a publicar Gremlins, que es mi segundo proyecto como autora y en donde repaso mi vida como madre, pero desde el punto de vista de mis niños. También saldrá publicado Malulito maldadoso -una delicia de texto- en coautoría con Esteban Cabezas. Con Jekyl & Jill saldrá un libro que lleva por nombre Cosmotheoros, en el que cambié el registro y con el que disfruté mucho. Con la editorial Sexto Piso estoy trabajando actualmente en un segundo libro para su colección de ilustrados, Las relaciones peligrosas, de Pierre Choderlos de Laclos y en el otoño empiezo con La mujer de la guarda, un texto de Sara Bertrand que publicaremos de la mano de la editorial Babel, lo que me tiene súper contenta. Para el segundo semestre, tengo ganas de tomarme un descanso de la literatura y probar la ilustración en otros formatos. Y también tengo muchas ganas de volver a diseñar.
Más información
Pajarario, de Alejandra Acosta / Quilombo Ediciones, 2015
Lanzamiento: 10 de enero, 12 h / Librería Qué Leo (Pedro de Valdivia 40, Providencia)
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