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Entrevistas

Diego Bianki, ilustrador: «La ilustración también es construcción y ensayo, no todo es espontaneidad»

Paulina Retamales Por Paulina Retamales

Una amistad de años junta a Paulina Retamales y a Diego Bianki en Bolonia. Paulina viaja en la delegación chilena como editora de Vicens Vives y Diego lo hace en su calidad de jurado de la Selección de Ilustradores 2019, un concurso que reúne a lo más granado del trabajo profesional del año.  En medio...

Una amistad de años junta a Paulina Retamales y a Diego Bianki en Bolonia. Paulina viaja en la delegación chilena como editora de Vicens Vives y Diego lo hace en su calidad de jurado de la Selección de Ilustradores 2019, un concurso que reúne a lo más granado del trabajo profesional del año.  En medio del ajetreo propio de la feria del libro infantil más importante del mundo, ambos se dan tiempo para recorrer las vitrinas de exposición y comentar el trabajo de los latinoamericanos. Acá el resultado.

Diego Bianki y Paulina Retamales juntos en Bolonia.

 

 

Si conozco a alguien en el mundo ilustrado que sabe de trabajar duro, construir camino paso a paso, sin decaer ante las adversidades y siempre con una sonrisa para ofrecer, diría que esa persona es Diego Bianki (46). Uno de los ilustradores argentinos más importantes del continente, escritor publicado en varios países y prolífico editor de Pequeño Editor (una de las pioneras en la publicación de libros álbum en el país trasandino), ha sido recientemente reconocido como el primer latinoamericano en integrar el jurado de la gran selección de ilustradores de la Feria del Libro de Bolonia. Tanto ha gustado su intervención y aporte en la discusión sobre los seleccionados de esta versión que la directora del evento, Elena Passoli, se ha comprometido a contar cada año con un profesional latino entre los jueces del concurso.

A propósito que muchos de los profesionales que visitaron la feria ya estaban de salida el último día, aprovechamos la mayor visibilidad y espacio del día jueves para recorrer con calma y atención las obras de los 76 ilustradores seleccionados de este año. Esta muestra es el punto quizás más candente de la feria, en la entrada del hall principal, es la exhibición que todos quieren ver, saber quiénes serán los artistas que darán que hablar, de qué país vienen, cuáles son las tendencias, colores y técnicas más usadas.

De eso, de la construcción que hay tras cada lámina y de sus favoritos latinoamericanos, claro, hablamos con Diego Bianki. Una visita guiada de lujo donde aprendimos qué fue lo que llevó a que estos artistas latinoamericanos fueran seleccionados en la más codiciada muestra de Bolonia.

1. Luis Goldberg 

Lo que me llamó la atención de Luis Goldberg es que me hizo recordar un libro llamado De lo espiritual en el arte (Paidós), de Vasili Kandinski, un discurso estético en el cual podemos entender la relación entre el tono musical y el color en las obras de arte. El autor y pintor ruso nos dice que precisamente hay una yunta, un espacio de coincidencia, donde el sonido se corresponde con el color. Y lo que veo en la obra de Goldberg es todo eso que comenta Kandinsky: una sinfonía de colores, una armonía y un juego de tonalidades, pinceladas que me hacen imaginar a una persona que está tocando las teclas de un piano o posando las notas en un violín. Esta cosa casi naif, si lo quieres ver así, del puntillismo. El artista aprovecha esa técnica del punto diminuto para armar su sintonía. En sus dibujos hay algo así como el diseño de un pentagrama de música, y en ese juego con la mancha, con el azar, con el color, es donde aparecen los personajes,  y termina apareciendo una imagen muy poderosa.

2. Sandro Bassi (Venezuela)

Sandro, sin duda, fue un llamado de atención para el jurado. En el recorrido que hice en enero con mis colegas miembros del jurado por las más de 40 mesas donde estaban posadas las 15 mil imágenes que venían de más de 65 países, Sandro irrumpió en nuestras largas jornadas y nos obligó a debatir sobre su obra. Se salió de la norma completamente, con una técnica preciosista, exacta, perfecta, con un juego de luz y contraste que fue imposible pasar por alto. Y Bassi tenía, además, algo que intentábamos buscar con el resto del jurado entre todas las postulaciones y que no era fácil de encontrar: una narrativa visual potente, algo muy relevante en este tipo de exhibición donde no hay texto, por tanto las imágenes están obligadas no obstante a decirnos algo. Y lo de Bassi es tan fuerte en su narrativa textual como visual.

No fue fácil proponérselo al jurado, no entendían lo que quería decir con sus ilustraciones. Tuvimos una interesante discusión, mis compañeros no veían cabida a este tipo de trabajo en una muestra como esta. Partiendo por el título de la obra: Nacionalien, un juego de palabras con mucho significado. Se imaginarán ustedes cómo fue explicarles eso a un editor polaco, una editora francesa y dos ilustradores de Italia y Holanda; por suerte -a partir de lo que él menciona en su obra y según mi experiencia cotidiana- pude hacerles entender cómo es que realmente hoy en día estamos alienados. Basta mirar cómo nos relacionamos en el metro, no nos miramos ni nos hablamos, estamos alienados. Cuando les expliqué esto, todos los demás miembros del jurado agarraron su post it (la dinámica era ir poniendo papeles de colores en las obras que más les gustasen, así hasta reducir a 76 la selección) y los pusieron sobre la obra de Bassi. Y me alegro porque es ¡un trabajo fantástico!

3. Sabrina Pérez (Uruguay)

El trabajo de Sabrina Pérez (36) me impactó muchísimo, aún siendo ella una ilustradora nobel que aún no ha sido publicada pero que impacta porque desde su narrativa ha creado un mundo propio, diferente, tanto así que yo creo que pronto la veremos pisando muy fuerte y publicando en varias casas editoriales.

Sandra mezcla lo digital con los ensayos previos hechos con tinta y en toda su propuesta presenta imágenes donde juega con el efecto de contraste entre los colores. Sobre un fondo mayoritariamente blanco y negro, nos obliga a acercarnos a algún detalle de la obra, por ejemplo sobre un árbol en la esquina. Ese cambio de color es lo que nos lleva a entender su mirada, viajar con ella a donde nos quiere llevar. Todo en Sabrina es muy minimalista y a la vez con un aurea que parece despreocupación. Sin embargo, yo creo que hay mucho oficio en el manejo de la construcción de las texturas para logar esta espontaneidad que nos llega de pronto y nos transmite su historia. La ilustración también es construcción, puede haber algo espontáneo en el resultado pero también hay mucho de experimentación previa, de ensayo y error. En este caso, me imagino a Sandra  interviniendo la ilustración, transgrediéndola  como si fuera una niña pequeña que llega y raya sobre el dibujo base, incluyendo detalles que quiere resaltar, como si no le gustase lo que primero que salió.

4. Amanda Itztel (México)

Lo primero que te salta a la vista con el trabajo de Amanda, y seguramente le pasa a todas aquellas personas que conocen algo de arte, es que ella ha revisitado la obra del artista francés Henri Matisse. Sobre todo con esos personajes que van de la mano, me recuerda inevitablemente a un cuadro muy famoso del pintor francés donde aparecen varias mujeres dándose la mano y haciendo una ronda.

Con una paleta muy reducida de colores negros, blancos y azules consigue hacernos viajar. Puedo dilucidar que seguramente haya trabajado con un bisturí sobre cartulina enyesada y luego pintada de negro. Así el artista lo que hace es que con un bisturí va levantando sutilmente la cartulina para cortar el trazo, rayando, y va apareciendo el blanco del yeso.

Lo interesante de esta propuesta, la narrativa tras la imagen es que existen dos mundos, el subterráneo y en el que vivimos nosotros. En todas sus láminas hay una presencia importante de la mitología mexicana, de hecho el título de la obra es Diccionario de la mitos de América. Amanda nos quiere decir que la vida y la muerte esta en el mismo lugar, nosotros mismos tenemos la muerte dentro, la calaca como la llaman los mexicanos, y aún así luego te paras en una de sus imágenes que es una persona con una flor que nace de su boca, la vida.

¿Dónde ver la muestra?

La muestra estará online en la web de la Feria del Libro de Bolonia y en breve comenzará a deambular por diferentes países. Esperemos que Chile sea uno de ellos.

Instagram

En las stories de nuestro Instagram, puede ver y oír la conversación de Diego y Paulina recorriendo la muestra, ¡no se la pierdan!

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Paulina Retamales

Periodista de la Universidad de Viña del Mar. Gran parte de su vida la vivió en España, en donde se graduó en las universidades Autónoma de Barcelona y Oberta de Catalunya. Encontró su pasión por los libros y el mundo de la edición dirigiendo la FILSA de Santiago. Cofundadora de la Corporación del Libro y la Lectura, en los últimos años dirigió la editorial Vicens Vives Chile. Actualmente es docente del Diplomado de Cultura escrita y fomento lector de la Universidad Adolfo Ibáñez.

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