Entrevistas

Laura Escudero, escritora: «La poesía para niños debe ser sobre todo poesía»

María José Ferrada Por María José Ferrada

Escritora, psicóloga y profesora argentina, fue la  ganadora de la versión 2015 del premio Hispanoamericano de Poesía para Niños del Fondo de Cultura Económica, con Ema y el silencio, su primer libro de poesía. En esta entrevista de María José Ferrada, la cordobesa aborda el desafío que tienen los mediadores de lectura: ¿cómo trasmitir a...

Escritora, psicóloga y profesora argentina, fue la  ganadora de la versión 2015 del premio Hispanoamericano de Poesía para Niños del Fondo de Cultura Económica, con Ema y el silencio, su primer libro de poesía. En esta entrevista de María José Ferrada, la cordobesa aborda el desafío que tienen los mediadores de lectura: ¿cómo trasmitir a otros la belleza de un poema?

Foto grande Escudero

Laura Escudero nació en Córdoba, en 1967. Durante su infancia vivió en algunos lugares del interior del país, y luego en Buenos Aires. Créditos: blog de la escritora.

Que Laura Escudero resultara ganadora del  Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños del Fondo de Cultura Económica, no fue nada extraño, por dos motivos. Uno:  Laura viene desarrollando desde hace años una interesante obra narrativa que, desde la prosa, transita por territorios poéticos (si los libros de Laura fueran una casa y nos asomáramos  por la ventana, veríamos poesía. La poesía del paisaje cordobés. La de los insectos que habitan su jardín. La de la memoria).  Dos: porque Argentina es el país donde nacen los poetas que escriben para niños. Pienso en María Teresa Andruetto, cordobesa como Laura; Roberta Iannamico, David Wapner, Laura Devetach, Juan Lima, Ruth Kaufman, solo por nombrar algunos.

Le pregunto si bien acompañada se escribe mejor. Si esa comunidad de escritores y escritoras hace alguna diferencia. Y me responde que hay una mezcla de silencios y palabras, que su poesía la escribe tanto desde el silencio como desde la comunión con otros. “En la lectura/escritura de poesía existen momentos de ensimismamiento, de cuelgue solitario ultra necesario para entrar a ese espacio privado, dejar que resuene en el cuerpo, hundirse en algo que lleva de las narices hasta del fondo de uno mismo para decir-se, y momentos para leer con otros, compartir experiencias, abrirse a otras sensibilidades. Incluso encontrar sensibilidades cercanas que abren zonas de lectura. Hay algo que se aprende con otros, no todo viene dado, es un juego de vaivén precioso. No perderse en uno ni en otro, flotar entre los dos”.

Antes de pasar a su poesía insisto en el tema geográfico. Le comento que cada vez que me preguntan por poesía para niños respondo: hay que leer a los argentinos.

—¿A qué se debe? ¿hay una tradición? ¿una resistencia?

Me parece difícil llegar a una conclusión sobre por qué es diferente en los distintos países. Lo que puedo decirte es que efectivamente en Argentina hay -aunque muchas veces soslayado- un margen de resistencia, una pequeña zona de la literatura que se produce para chicos que piensa indispensable la búsqueda genuina, la generosidad de pensar la obra sin subestimar a los destinatarios, imaginando que algo conecta más allá de lo entendible, claro, literal, que hay otro del otro lado (un lector) con profundidad, enigma, densidad propia.

Un premio para una poeta

Ema y el silencio, su libro de poesía, fue publicado hace unas semanas en México por Fondo de Cultura Económica y en estos momentos va camino a Argentina y otros países hispanohablantes.

“Ema se desliza/ y salta/del silencio/ al mundo que flota/ detrás / de las palabras”.

—¿Quién es Ema?

Ema es una niña que se entrega al asombro. Deja que el mundo se acerque a ella como una revelación de imágenes y sonidos. Una niña que ve sin capas de costumbre el mundo.

—¿Qué significó haber ganado con este poemario el premio Hispanoamericano de Poesía para niños 2015?

Recibir este premio significó sobre todo aliento para mi deseo de explorar con la poesía, de buscar/ahondar/extremar mi voz poética. Algo que venía haciendo para mí. Me parece que estos espacios de convocatoria con frecuencia dan lugar a obras sin concesiones. Sin los tamices a veces demasiado homogeneizantes del mercado editorial de libros para niños.

Y es que Laura Escudero cree que la poesía para niños debe ser sobre todo poesía: “Hay una sensibilidad que se acerca a la infancia pero no tiene por qué hacer concesiones de calidad, de resonancias. Los chicos son personas complejas y múltiples completamente abiertas a la sensibilidad poética. Entran a la musicalidad y al extrañamiento del arte con todo el cuerpo. Porque pienso que la poesía para chicos o adultos tiene un efecto en el cuerpo, así como la música.  Hay un saber hacer primordial. Hay que confiar en eso y en que no todo tiene que entenderse».

 

premio-poesia-laura-escudero-1

La autora cordobesa recibe su premio en la última versión de la FIL de Guadalajara 2015, en México.

—¿Crees entonces que los niños tienen una disposición natural hacia la poesía?

Cuando ves a un niño pequeño en su juego, ensimismado, entregado al runrún del mundo que lo rodea te das cuenta de que esa disposición a lo poético existe y es poderosa. ¿Por qué aplanarla? ¿Por qué quitar espesor a ese juego? ¿Por qué querer controlar lo que sienten/les pasa? Sin riesgo no hay poesía, me parece. A veces sospecho que somos los adultos los que encorsetamos a los chicos con nuestros prejuicios para cuidarlos equivocadamente.

—¿Cómo has vivido la experiencia de la poesía en la escuela?

No he participado como poeta,  porque este es mi primer libro de poesía y está recién saliendo al mundo. A Argentina todavía no ha llegado. Pero sé de valiosos y múltiples poetas, jóvenes y consagrados, llegando a lugares remotos, escuelas alejadas de los centros culturales con la experiencia de la poesía.

Ema y el silencio Ycaza

Interior del libro «Ema y el silencio» (FCE, 2016), ilustrado por Roger Ycaza. Créditos: rogerycaza.blogspot.cl

—Hay un prejuicio que dice que los niños no leen poesía porque les aburre ¿qué piensas de eso?

Me parece que hay un problema de transmisión. Nadie llega solo a los objetos de la cultura, o muy pocos. Y nadie transmite lo que no siente. ¿Cómo trasmitir la belleza de un texto, de un poema, si uno no ha sido tocado por eso? Me parece clave la experiencia de los mediadores como lectores de poesía, en primer lugar para sí mismos y después para abrir disponibilidades. No creo que los chicos se aburran con la poesía. Y si se aburren probablemente sea porque los adultos que se proponen acercarla olvidan que es imprescindible la sensibilidad al otro, dar lugar a ese tiempo fuera del tiempo exterior que pide la poesía, sin apuro, sin utilidades, de intimidad cómplice. Y eso no es fácil. Es un trabajo de compromiso personal. Pero de efectos poderosos.

—Por último ¿por qué le dirías a alguien que se acerque a la poesía?

Porque no se trata de una creencia sino de asistir a una evidencia, como dijo Alejandra Pizarnik.

Nos despedimos de Laura, esperando que Ema y el silencio sea el primero de muchos libros de poesía. Poesía sin edad, sin adjetivo.

 

Ema y los pájaros

El sol hundió las manos

en la tierra

cavó hasta el fondo

y dejó

una semilla minúscula

negra

como la oscuridad más oscura

como clave de sol

o una duda.

La semilla brotó

fue mirlo

y voló.

A veces bajo el árbol

un signo de pregunta

picotea lombrices

y canta al cielo

(mirlo es eso,

pozo profundo

música del sol

una luz).

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María José Ferrada

María José Ferrada es periodista y escritora de libros infantiles. Su trabajo ha sido publicado en Chile, Brasil, Argentina y España, y ha sido premiado tanto en nuestro país como en el extranjero.

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