La recientemente creada fundación Yo Te Leo ha organizado la primera versión del concurso de lectura en voz alta, El Placer de Oír Leer. En esta versión pionera, podrán participar niños y jóvenes de 3º a 6º básico de la Región Metropolitana, Región del Bío-Bío y Región de La Araucanía. Sobre los objetivos y expectativas de este concurso —al que se puede postular hasta el 30 de abril—, conversamos con el director de la fundación Yo Te Leo, Marco Montenegro.
El año 2014 se hizo la versión piloto del concurso El Placer de Oír Leer. Participaron colegios de la Corporación Educacional del Arzobispado de Santiago (CEAS) y de la Municipalidad de Santiago, y tuvo a dos ganadores en una final que se realizó el 21 de noviembre en la Biblioteca Nacional. Hoy el concurso crece y se extiende a 3 regiones de Chile (Región Metropolitana, Región del Bío-Bío y Región de La Araucanía), con miras a convertirse próximamente en un evento nacional; algo similar a lo que ocurre en países como Francia, Holanda y Alemania.
Pueden participar en este concurso, niños y jóvenes de 3º a 6º básico, que deben leer en voz alta durante tres minutos un texto de ficción de su propia elección, por el cual serán evaluados. Los participantes deberán pasar 4 etapas: comunal, provincial, regional y, finalmente, una gran final nacional. Los detalles para participar están en el sitio web del El Placer de Oír Leer. En esta entrevista, Marco Montenegro explica que la misión de la fundación Yo Te Leo es “dar voz al lector y sacar del silencio a la lectura”.
¿Por qué es importante practicar la lectura en voz alta?
Existen varias razones que fundamentan la importancia de la lectura en voz alta. Por una parte, se trata de un instrumento sencillo y de fácil acceso, que permite establecer vínculos firmes y duraderos entre todos quienes participan de su práctica: entre el adulto que lee y el niño que lo oye leer; entre el autor y sus lectores, activos o pasivos; entre el profesor y el alumno; entre el alumno y sus pares; entre el voluntario que devuelve el regalo recibido, leyendo para otro y el adulto que ya no puede hacerlo por sí mismo (o que nunca ha podido), etc. Como dice Maryanne Wolf, neurocientífica americana: “Tan pronto como un niño logra sentarse en el regazo de quien lo cuida, puede también aprender a asociar el acto de leer con la sensación de ser amado”.
Por otra parte, sabemos por las investigaciones de la sicología cognitiva, que la lectura en voz alta recibida durante la infancia provee al futuro lector de la voz interior que oirá al leer silenciosamente y para sí mismo cuando haya alcanzado la madurez necesaria y desarrollado las habilidades para hacerlo. La conciencia de la forma sonora de las palabras se adquiere gracias a la práctica de la lectura a viva voz y la capacidad de comprender lo leído se ve reforzada por la permanencia del sonido en la memoria, que permite revivir una y otra vez lo escuchado interiormente, gracias a la música de las palabras, más rica y perdurable que la sola imagen visual de lo escrito. Puede afirmarse que la voz del otro es el timbre que enriquece lo escrito, aquel que hace vibrar el tímpano del ojo lector, es decir, la memoria.
La voz del otro es el timbre que enriquece lo escrito, aquel que hace vibrar el tímpano del ojo lector, es decir, la memoria.
¿Cómo se evalúa la lectura en voz alta?
Es posible establecer diversos criterios a la hora de evaluar la lectura en voz alta, los que dependerán, principalmente, del objetivo que la evaluación persiga y de la edad y preparación de quien es evaluado. Existe, por ejemplo, la posibilidad de utilizar una pauta exhaustiva, como la que propone A. Musgrave Horner en su manual Movement, Speech and Voice (1970), que comprende numerosos criterios, tales como: fraseo, pausas, inflexiones, entonación, ritmo, tonicidad de la voz, intensidad, énfasis, etc. El mismo autor propone una forma alternativa, más sencilla e intuitiva, basada en el interés que el lector despierta, en su capacidad de retener la atención del oyente y en lo convincente que su lectura resulta.
Por otro lado, la Ley General de Educación contempla las llamadas Bases Curriculares para la asignatura de Lenguaje y Comunicación, donde se consignan determinados objetivos que un alumno debiera lograr en distintos estadios de su desarrollo y que resultan conocidos y comprobables por los profesores encargados de su educación.
En el caso de El Placer de Oír Leer, en concordancia con el espíritu que inspira el concurso, decidimos tomar en cuenta los criterios técnicos, que permiten una cierta objetividad y resultan afines al trabajo cotidiano de los docentes, pero, a la vez, quisimos combinarlos con criterios intuitivos que resulten más cercanos y accesibles al niño a la hora de comprender el porqué de la evaluación recibida. Esta combinación dio como resultado una pauta que ponemos a disposición de los profesores en nuestra página y que permite uniformar los criterios y facilita la evaluación a lo largo de todas las etapas del Concurso.
El concurso está dirigido actualmente a estudiantes de educación básica. ¿Crees que fomentar la lectura en voz alta es particularmente importante a esa edad?
Sí, actualmente estamos orientados a fomentar la práctica de la lectura en voz alta en la educación básica, donde sin duda resulta imprescindible reforzarla y donde mayores beneficios puede producir en una primera instancia; esta es también la etapa durante la cual la ausencia o la escasa presencia de la lectura a viva voz constituyen una mayor fuente de desigualdad. Sin embargo, nuestro objetivo a mediano y largo plazo es llegar no solo a la enseñanza media sino también a la educación superior, al ámbito laboral, a los distintos grupos etarios, poniendo idealmente en relación a unos con otros y ampliando el alcance de El Placer de Oír Leer a nuestras lenguas originarias y a otros idiomas presentes en nuestra sociedad.
Nos hemos planteado como misión “dar voz al lector y sacar del silencio a la lectura” y pensamos que es necesario hacerlo en forma transversal, interesando ojalá a cada habitante de nuestro país y tomando nuestro lema: “Derecho a la Lectura”, más que como una declaración, como una dirección a seguir.
Este es un concurso que realiza en otros países. En Alemania, por ejemplo, lleva más de 50 años. ¿Cuál es la importancia de este tipo de concurso en otros países y qué elementos tomaron ustedes para replicarlo en Chile?
Nuestro Concurso se basa fundamentalmente en una iniciativa francesa, Les Petits Champions de la Lecture, que replica a su vez las iniciativas alemana y holandesa, que tienen una gran presencia en las sociedades que les dieron origen. El concurso pionero, sin duda, es el alemán que se inicia en 1959 y que alcanza en la actualidad a 600.000 estudiantes. La sociedad alemana ha querido dar realce a su lengua, obviamente, pero también se ha preocupado de medir la presencia de la lectura en voz alta en la sociedad, a través de encuestas periódicas dedicadas específicamente a este tema, que considera relevante y a cuyo fortalecimiento este tipo de iniciativa ha contribuido en forma importante. (Fundación Yo Te Leo tiene proyectada para el próximo año la realización de una encuesta similar en nuestro país.)
Por otra parte, el interés que se atribuye a la lectura en voz alta se ve reflejado, tanto en Alemania como en Holanda, por la presencia de este tipo de concurso en la televisión pública.
El interés que se atribuye a la lectura en voz alta se ve reflejado, en Alemania y Holanda, por la presencia de este tipo de concursos en la televisión pública.
En el caso de Francia, uno de los aspectos que motivó su implementación fue la necesidad de poner de manifiesto la importancia de la lectura y el libro en la sociedad y fue el Sindicato Nacional de la Edición el que se hizo cargo de llevarlo a cabo.
Nosotros, en nuestro afán de replicar la iniciativa, buscamos también (y obtuvimos) el apoyo de los Editores de Chile. Al igual que los franceses, ponemos como requisito la presencia del libro al momento de leer para el concurso y nos gustaría también contar, como ocurre en Francia, con la presencia de los autores cuyas obras lean los finalistas de El Placer de Oír Leer.
La adaptación de la iniciativa a la realidad nacional pasa por garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso al concurso, para lo cual hemos buscado la asesoría de Bibliotecas Escolares CRA, del Ministerio de Educación, cuya presencia en toda la red pública permite confiar en que los alumnos de menores recursos puedan contar con el material necesario, y sus profesores, con el apoyo de los encargados y coordinadores CRA, al momento de considerar su participación en El Placer de Oír Leer.
Creemos necesario también -con el tiempo- ir generando y poniendo a disposición de quienes lo requieran, material de apoyo relativo a la lectura a viva voz, de fácil acceso a través de la web, ya sea que formen parte del sistema público o del privado.
Tuvieron una experiencia piloto, ¿qué conclusiones pudieron sacar?
La experiencia piloto que realizamos durante el 2014 nos permitió reafirmar nuestra convicción de que esta iniciativa resulta muy atractiva, tanto para los niños como para sus padres y profesores. Entendemos que el compromiso que mostraron los directores y docentes de los establecimientos y la coordinación que hubo entre miembros de una misma comunidad, junto al entusiasmo de los Encargados y Coordinadores CRA, contribuyeron enormemente al desarrollo del concurso.
Tuvimos lectores que de verdad nos encantaron y sorprendieron con su talento y personalidad. Y contamos también con un Jurado de lujo, integrado por Constanza Mekis (Coordinadora Nacional de Bibliotecas Escolares CRA), Verónica Uribe (Editora de Ekaré Sur), María José Ferrada (Poeta y Editora de Chile Para Niños), Claudio Aravena (Gerente de Proyectos sociales de Fundación La Fuente) y el escritor Mauricio Paredes, quienes además de disfrutar de las lecturas y determinar los niños ganadores, nos hicieron llegar valiosas observaciones acerca del concurso que hemos tomado muy en cuenta para esta primera versión, que alcanza a las Regiones Metropolitana (XIII), del Bío-Bío (VIII) y La Araucanía (IX).