Conocida como una de las obras insignes de la denominada “literatura para hombres” –Lad lit–, la recordada novela del británico Nick Hornby volverá a la pantalla tras su exitosa adaptación estrenada el año 2000; en esta ocasión la protagonista será una mujer. Nuestra colaboradora Francisca Tapia hace un repaso por esta popular obra hasta llegar a la nueva producción televisiva que avanza no exenta de críticas ante el cambio de rumbo.
El género del Lad lit como tal suena poco, o casi nada, en Latinoamérica. Esta literatura escrita exclusivamente por hombres, que aborda los problemas de jóvenes inmaduros en una etapa en la que deben asumir las responsabilidades de la adultez, comienza a tomar forma en los años noventa de la mano del escritor británico Nick Hornby, con historias que exponen el mundo interno de sus protagonistas, que suelen ser una suerte de antihéroes, carismáticos, pero egoístas.
Esta etiqueta literaria comienza a utilizarse como contraparte al popular Chick lit, género que aborda en tono humorístico algunas de las experiencias y preocupaciones de la mujer actual, generalmente ambientada en grandes capitales como Nueva York o Londres. Algunas obras que dieron forma a esta clasificación son El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding y El diablo viste de Prada, de Lauren Weisberger, ambas con adaptaciones en la pantalla grande que ganaron gran notoriedad. Y es que tanto Chick como Lad Lit podrían considerarse el equivalente literario a las comedias románticas del cine: relatos ligeros, con su cuota justa de drama, romance y humor, alimentadas por las reflexiones personales de sus protagonistas.
Asignar un nuevo espacio de “literatura para hombres” fue una estrategia de marketing editorial arriesgada, ya que presumió que el público masculino estaba interesado en leer sobre los problemas y contradicciones de sus congéneres, una idea que hasta ese entonces no parecía muy popular, pero que se basó en la buena recepción que comenzaban a tener revistas misceláneas dedicadas a los hombres, como Esquire o GQ. ¿Tuvo éxito esta decisión editorial? Quizás no tanto como el Chick lit, pero sí logró mantener su espacio en las estanterías, con un estatus alcanzado en 1995 por Alta fidelidad, de Nick Hornby.
Música y quiebres amorosos
“¿Qué fue primero: la música o la tristeza? ¿Me dio por escuchar música porque estaba triste? ¿O es que estaba triste porque escuchaba música? ¿No te convierten todos esos discos en una persona de tendencia melancólica?”, se preguntaba Rob Fleming en las primeras páginas de Alta fidelidad, tras contar sus cinco rupturas amorosas más memorables; un extracto que resume en parte el libro: referencias musicales, quiebres románticos y muchos cuestionamientos desde la voz de un treinteañero con miedo a las responsabilidades y al compromiso.
Alta fidelidad llega a mediados de los noventa a las librerías, tras el éxito de Fiebre en la gradas (1992), la primera obra de Hornby, y se gana a los lectores con un relato que hasta ese entonces se había popularizado solo desde las voces femeninas: en primera persona, situado en la actualidad, hablando desde lo cotidiano y personal. En este caso nos encontramos con Rob, apasionado por la música, dueño de una tienda de discos, que acaba de terminar su relación con Laura, situación que dice no preocuparlo, pero que a lo largo del relato vamos comprendiendo desde la óptica de su protagonista.
A partir del humor y la honestidad, hay algo en la construcción de Rob Fleming que nos permite simpatizar, pese a sus reiterados errores y a la terquedad para aceptarlos. Hay algo humano, cercano, en esos anhelos de una juventud sin responsabilidades, un sentimiento que parece llegar a tocar a gran parte de los lectores del público masculino que busca representar. Quizás se resume en lo que leí decir a un crítico, respondiendo al éxito de esta obra a más de 20 años de su lanzamiento, “el libro es simplemente fiel a la vida”.
En el 2000 la obra de Hornby llega a la pantalla grande con John Cusack representando al protagonista, esta vez llamado Rob Gordon. La cinta es alabada por la crítica y por el propio autor, quien se mostró satisfecho con el resultado. Para quienes leímos el libro y vimos la película, resulta una adaptación fiel a su original, tanto en los eventos, como en el espíritu de los personajes, con inolvidables escenas de la mano de un reparto que incluye a carismáticos actores como el también productor y comediante Jack Black. Un película, por cierto, también recomendada por quien escribe esta nota.
“Alta fidelidad” para mujeres
En Chile no hay Lad lit, no bajo esa clasificación al menos. Los libros de Nick Hornby están en la sección de Anagrama, con su característico formato de sólidos colores, una sección que asociamos a literatura de calidad, pese a que en su oriunda Inglaterra Hornby es más bien vinculado a lo popular. La “literatura para hombres” en nuestro país –y en el resto de Latinoamérica– como tal no es algo que se estile, para algunos psicólogos que han hablado del género popular en Reino Unido las razones podrían tener que ver con los conceptos de masculinidad presentes en los países latinos. Leer historias de amor contadas por hombres que expresan su vulnerabilidad emocional podría rozar la zona de confort, y no muchos estarían dispuestos a cruzar el umbral si el producto es ofrecido en esos términos.
Los relatos de Hornby son una ventana al pensamiento masculino del que puede disfrutar cualquier lector
Sea o no etiquetada como “literatura para hombres”, los relatos de Hornby son una ventana al pensamiento masculino del que puede disfrutar cualquier lector. Quizás por eso sorprenden los nuevos rumbos que tomará la icónica Alta fidelidad: En 2018 se anuncia que la obra nuevamente será adaptada, pero esta vez se tratará de una serie producida por Hulu y se alejará definitivamente del Lad lit al contar con una protagonista femenina.
Zoë Kravitz –hija del conocido músico Lenny Kravitz– es la persona escogida para interpretar la versión femenina de Rob Fleming. De acuerdo a lo difundido, el nuevo proyecto promete mantener el espíritu de su original, pero con una voz central que renueva el discurso de la obra. Las opiniones ante este anuncio han sido escépticas: el propio John Cusack, que interpretara dos décadas atrás a Rob, ha sentenciado en sus redes sociales a la producción con un lapidario “la joderán”.
Pese a todo, cabe señalar que entre los productores de la serie estará el propio Nick Hornby, que hemos de presumir, mantiene un mayor entusiasmo por la nueva propuesta. El proyecto aún no tiene fecha de estreno, pero se ha confirmado una primera temporada de 10 capítulos que, de concretarse, habrá que ver para comprobar si mantiene parte de su encanto una vez desdibujadas sus raíces Lad en la voz de una mujer.