El libro digital, parece estar ya claro, no llegó a reemplazar al libro impreso. Las virtudes del libro digital son distintas, incomparables: permiten romper fronteras, mayor portabilidad, abaratar costos y proponer nuevos desafíos a los lectores. Estos factores han llevado a que las bibliotecas apuesten por ellos y, lentamente, también las editoriales. La pregunta es, ¿qué pasa entonces con los lectores? En abril celebraremos el mes del libro, centrándonos en los libros digitales y en resolver las numerosas dudas que los rodean.
La Encuesta Nacional de Acceso y Usos de Internet (Subsecretaría de Telecomunicaciones, 2015), indica que el 70% de los chilenos son usuarios de Internet, manifestando como primera razón de su uso que “permite tener más acceso a información”. Otro dato: en Chile hay 2,5 celulares por persona. Ambas cifras, sin embargo, contrastan con los entusiastas de la lectura de libros digitales. Según la Encuesta de Comportamiento Lector (Plan Nacional de la Lectura, 2014) un 74% de los chilenos declara no haber leído libros en formato digital en el último año. Nuevos esfuerzos se han generado para que estos números cuadren.
Las bibliotecas han encabezado la promoción de la lectura digital en Chile. El año 2011, Biblioteca Viva inauguró el préstamo de e-books, con su campaña La biblioteca del futuro. Todos los usuarios inscritos en Biblioteca Viva pueden leer libros digitales de autores como Pablo Simonetti, Eduardo Galeano y Noam Chomsky. El año 2013, el Estado dio un paso adelante. La Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) presentó la Biblioteca Pública Digital de Chile, que hoy alcanza 8.000 títulos disponibles gratuitamente para su lectura en equipos móviles como tabletas, teléfonos o e-readers. Este año, la misma Biblioteca Pública Digital de Chile lanzó una aplicación que hace todavía más accesible la lectura digital. Ahí están, por ejemplo, Condorito, Paul Auster y Gabriel García Márquez; novedades editoriales que se complementan con la bibliografía patrimonial que se ha preocupado de digitalizar Memoria Chilena y la Biblioteca Nacional Digital.
Y también existen unas pocas editoriales en nuestro país que han tenido avances significativos. El año 2015 las editoriales Amanuta y Pehuén fueron premiadas con el Digital Ehon Award en la Feria del Libro Infantil Digital de Japón por dos libros digitales publicados por ellas. En el caso de la literatura general, está eBooks Patagonia, la primera editorial 100% pensada desde lo digital, que ha incentivado a otras editoriales y autores a sumarse a este proceso.
Aunque parecen ser positivas las cifras de la Dibam (el año 2015 prestó cerca de 1.000 libros mensuales digitales a través de su sitio, creciendo casi un 150 % en relación a 2014), todavía existe cierta resistencia y dudas por parte de los lectores. Durante todo el mes de abril profundizamos en este tema, hablando con quienes han estado a la vanguardia de esta materia en nuestro país.
Los artículos
Entrevista a Florencia García, directora de la Biblioteca Pública Digital de Chile: “Hay un público muy propenso a leer en formato digital”.
Entrevista a Adrián Puentes, profesor del Máster en Edición de la Universidad Diego Portales y director de Puentes Agency: «En industrias maduras los libros se editan en digital y en papel. Eso todavía no pasa en Chile”.
Entrevista a Javier Sepúlveda, director de e-Books Patagonia, sobre la irrupción de las bibliotecas escolares digitales.
Reportaje: La reinvención del libro.
Reportaje: La apuesta en Chile por los libros digitales para niños.
Encuesta: Autores chilenos frente al libro digital. Responden Marco Antonio de la Parra, Paloma Valdivia, Óscar Contardo, Claudia Apablaza y Carlos Reyes.
Encuesta: Lectores chilenos frente al libro digital. Responden Ignacio Álvarez, Patricio Contreras, Stephanie Veas, Rodrigo Pinto y Soledad Onetto.
Encuesta: Editores chilenos frente al libro digital. Responden Ana Pavez (Amanuta), Galo Ghigliotto (Cuneta), Andrea Palet (Libros del Laurel), Paolo Primavera (Edicola) y Andrea Viu (Prenguin Random House).