Claudio Galleguillos (Clamton) es el quinto y último autor que destacamos en nuestra campaña Fértil Provincia: redescubriendo las letras chilenas.
En los años 80 ya había terminado la época de oro del cómic chileno, que tuvo su apogeo con personajes como Pepe Antártico (1947), Condorito (1949) y Barrabases (1954). Existían, sin embargo, talentosos dibujantes que publicaban en revistas underground. Uno de ellos era Claudio Galleguillos, alias Clamton. En su obra, Galleguillos dibujaba, minuciosamente, historias de extraños universos habitados por vegetales. Sus viñetas lograron algo de notoriedad y el año 1990 publicó un libro compilatorio de su obra, llamado Historias. Planetas, Cerebros y Átomos en la Editorial Trauko-Fantasía. En 1994, Clamton murió, a los 26 años. Hoy, pese a la influencia que ejercicio en el cómic chileno, es imposible conseguir gran parte de su producción.
Claudio Galleguillos nació el 4 de marzo de 1968 en La Serena. El año 1986 ingresó a la Escuela de Artes de la Universidad de Chile. Aunque no terminó sus estudios, logró hacerse un nombre apareciendo en revistas de cómic como Trauko, Matucana y Bandido, populares en la década e los 80. El único libro que publicó —probablemente, el primer libro de cómic chileno— fue Historias. Planetas, Cerebros y Átomos, en el que se reveló como un dibujante virtuoso, que prestaba atención a todos los detalles de la página. Con bastante influencia del surrealismo, Clamton creó universos con seres de vida vegetal.
Uno de los personajes del libro de Clamton es Qumz, un pequeño ser con apariencia humana que, caminando una mañana, se hunde en la tierra y se transforma en una planta. Pasan mil años y Qumz mide un kilomentro de altura. Sobre sus ramas comienzan a crecen árboles que liberan semillas: “Fraccionado, Qumz ocupa simultáneamente infinitos lugares y tiempos. Qumz es una sola conciencia”, dice el texto. Otro de los personajes es un escribiente vegetal que percibe el exterior con hilos sensitivos; frenéticamente, deja registro de todo, hasta de la caída de una hoja, con su color y forma.
Clamton dedica Historias. Planetas, Cerebros y Átomos a unos entes, de existencia hipotética, que describe de la siguiente forma: “Seres poéticos, imaginativos, dotados de la capacidad asombrosa de comprender antes de que haya algo que preguntarse y, análogamente a las plantas, sólo vivir imbuidos en el gran ritmo del TODO”. Lo que admira Clamton de la vida vegetal es su capacidad de existir, pasivamente, en armonía con la existencia. Algo para lo que el hombre parece estar inhabilitado.
El consumo de drogas alucinógenas —escribe en un blog Carolina Benavente, amiga del dibujante— gatilló en Clamton esquizofrenia. Galleguillos murió el 6 de enero de 1994 en Rancagua, todo indica que producto de la mezcla de pastillas antiesquizoides con alcohol. El dibujante Christiano, de la misma época, en un homenaje, describió así a Clamton: “Era un dibujante muy intenso y original. Su obra era un golpe para los sentidos.”.
La ilustración es de Daniela Osorio, a quien agradecemos su participación en nuestra campaña.
En este link es posible ver dos de las diez historias que pertenecen al libro Historias. Planetas, cerebros y átomos (Santiago, Trauko-Fantasía, 1990).