La aparición de Harry Potter debe ser uno de los hitos más importantes de la historia de la literatura en tanto el nivel de masividad que este libro tiene a nivel mundial. Con una historia juvenil, atractiva y una gran cantidad de personajes y características que delimitan el complejo universo de la obra, esta no demoró mucho en dar el salto a la gran pantalla donde consiguió el éxito absoluto dando pie a todo lo que esto significa: la parafernalia propia del starsystem que viven los actores de alta fama. Número dos, del francés David Foenkinos, trata sobre el lado b de esta historia, la vida de Martín Hill, el niño que, tras un arduo casting para el papel principal de la primera película, quedó en el segundo lugar con el peso de ver año tras año la efervescencia de cada lanzamiento.
Desde esta potente y triste primicia nos adentrarnos de lleno en la soledad del personaje principal que a temprana edad ve como sus padres se separan y sufre del distanciamiento con su madre. En medio de este periodo difícil para Martín Hill, comienzan las narraciones paralelas donde se nos sumerge en otros nexos de Harry Potter como la historia de J. K. Rowling, el proceso de creación del libro y la producción de la película. El trato de las distintas esferas que rodean este universo nos lleva a un pilar importante de este libro: el cruce entre la ficción y lo real: “Emma Watson había conseguido el papel de Hermione. Había sido sencillísimo; la niña despuntó de inmediato entre las demás. Durante su audición, hizo gala tanto de concentración como de picardía. Se notaba, además, que deseaba con toda su alma que la eligieran. Su energía arrasó con todo”. Así como pasa con esta actriz, el caso de Harry Potter y Martín Hill también sigue esta relación de parentesco en cuanto que los dos han tenido familias disfuncionales.
Esta relación entre los personajes y la vida de los actores, toma importancia en tanto que Martín Hill anhelaba el giro que Harry da en la historia al convertirse en un mago exitoso, asemejando su paso por el casting como un aspecto inverso. “Se suele decir que ‘el azar hace bien las cosas’, algo que enmascara por completo la idea de que también es capaz de hacerlas mal”, la idea de la casualidad predestinada hacia un futuro mejor es de alguna manera la base teórica de esta trama sobre los efectos del destino y el azar. “‘¿Es sartriana J. K Rowling?’. La pregunta iba acompañada de un texto que hablaba del sombrero seleccionador que se utilizaba durante la ceremonia para asignar casa a los alumnos de Hogwarts. ¿Podía esta dimensión del azar en nuestras decisiones ser una alusión al célebre pensamiento del filósofo ‘La existencia precede la esencia’?”. Aunque esta frase se menciona con tono de humorístico, la dualidad destino-azar está expuesta como un punto importante del libro, cuestionando sobre qué hubiese pasado si este pequeño hecho se hubiese dado de otra forma, y qué hay detrás de cada hecho que no resulta como uno quisiese.
Ante esto, el libro logra conformar una base sólida acuñada por una historia entretenida con un marco teórico interesante, sin embargo, tras pasar la primera parte en que se fijan estos pilares, el relato comienza a desmoronarse. Con esto me refiero a personajes estáticos poco desarrollados, un protagonista que en momentos tiene un sufrimiento un tanto inverosímil, y un sinfín de reflexiones de la voz narradora plagadas de lugares comunes que sobrecargan el vacío de la segunda parte. La profundidad expuesta en un principio no logra explotar ni relacionarse del todo con su continuación y, a ratos, pareciera que el libro no avanza ni nos lleva a lugares novedosos.
No tiene sentido juzgar a este libro por su profundidad o complejidad literaria ya que me parece que no tiene grandes pretensiones en este plano, sin embargo, su narración, que en un comienzo es bastante sólida, termina por ser bastante agotadora, repetitiva y vacía. “Número dos” es un libro para reflexionar sobre el éxito y la autovaloración ante la gran maquinaria del espectáculo, además de sumergirse en cuestiones filosóficas como el azar y el destino ante lo que cada ser humano espera de sí mismo en relación a las expectativas externas. Lamentablemente, pese a todo lo anterior, las reflexiones y los personajes no terminan desarrollándose mayormente y toda esta crítica al exitismo y al mercado de la fama termina por convertirse en un gancho promocional parecido al que se aplica en el mundo que supuestamente critican. Un libro que llama la atención por el morbo del fracaso del protagonista y que, más allá de eso, no tiene mucho que contar.