En 1937, cuando las tropas japonesas retomaban su violenta expansión por China, quemando pueblos y masacrando civiles, se instalaron las «estaciones de consuelo», un eufemismo utilizado por el ejército para referirse a uno de sus tantos crímenes de guerra: la esclavitud sexual. Mujeres provenientes de distintos lugares del continente asiático eran secuestradas de sus hogares, o traídas con falsas promesas de trabajo, hasta los recintos donde eran violadas por el ejército japonés.
En 1942 Lee Ok-Sun, con 16 años, era detenida sin explicación alguna y trasladada a Yanji, China, donde se transformaría en una de las miles de «mujeres de consuelo» forzadas por los militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Hierba retrata a través de un relato gráfico de más de cuatrocientas páginas la historia de Lee Ok Sun, un recorrido por su infancia en Busan, Corea del Sur, por los terribles años en la «estaciones de consuelo», y todo lo que vino tras el fin de la guerra. La obra fue escrita e ilustrada por la dibujante surcoreana Keum Suk Gendry-Kim, quien se reunió con Lee Ok Sun en varias ocasiones a lo largo de tres años, encuentros que se llevaron a cabo en la Casa del compartir, un refugio ubicado en Gwangju, Corea del Sur, para las víctimas de la esclavitud sexual.
Keum Suk Gendry-Kim construyó una historia que duele y conmueve en cada uno de sus capítulos, un relato que buscaba en un inicio testimoniar la experiencia de las víctimas de estos abusos y las desigualdades sociales que incidieron en este destino, pero que se transformó principalmente en un relato de vida. La autora se retrata en algunos capítulos, intercalando parte de los encuentros con Lee Ok Sun en la Casa del compartir, permitiéndonos no sólo ver el difícil camino de su protagonista, sino que parte de los cuestionamientos de la ilustradora y las dificultades para saber cómo abordar la historia que deseaba contar.
Tal como los trazos oscuros contrastan sólidos sobre el blanco opaco del papel, se enfrentan en Hierba los horrores que guarda la humanidad a lo largo de toda su historia, con la resiliencia, resistencia y fuerte voluntad por seguir viviendo de su protagonista. Aunque la ilustradora advierte que nunca se transformó en una confidente de Lee Ok Sun, sí fue capaz de vislumbrar y plasmar su sentido del humor pese a los recuerdos oscuros que la acompañan, así como su interés por seguir aprendiendo y su fuerza para continuar siendo parte de la voz de las mujeres que hoy se reúnen en la Casa del compartir.
«Debo confesar que, desde que nací, nunca viví un momento plenamente feliz» afirma Lee Ok Sun en medio de esta historia. Resulta duro como lectores enfrentarnos a todo lo que implica la vida de su protagonista, observar la injusticia y el dolor físico y mental al que se enfrentaron miles de víctimas, recordándonos que no se trata de hechos aislados de violencia contra las mujeres, sino que en determinados contextos todo un sistema puede validarlos a gran escala, como fue el caso de las mal llamadas estaciones de consuelo. Tomando las palabras de la escritora y filósofa francesa Simone de Beauvoir: «No olvides jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para poner en cuestión los derechos de las mujeres».
Hierbas que resisten
«Abe tiene que disculparse. Nos debe una indemnización» afirma Lee Ok Sun en reiteradas ocasiones durante los encuentros con Keum Suk Gendry-Kim, en referencia al exprimer ministro de Japón, Shinzō Abe. Tras el fin de la guerra las «mujeres de consuelo» quedaron en total desamparo, cargando con las heridas de lo sufrido y el estigma social de haber sido violadas por los militares japoneses, una carga que se transformó en el rechazo de su entorno. Parte de esa etapa también se plasma en Hierba, así como el descontento de las víctimas con las medidas compensatorias acordadas entre los gobiernos de Japón y Corea del Sur. Una lucha que continúan haciendo visibles mujeres como Lee Ok Sun que han resistido y conservado su fuerza y humanidad, pese a todo lo que han debido enfrentar.
Hierba es una historia íntima que logra retratar sensiblemente aquellos fragmentos de la vida que comparte su protagonista, sin caer en el morbo ni tampoco intentar aligerar un relato tan doloroso. Su autora logra transportarnos a través de su extensa obra al lugar que tomó ella durante sus visitas a la Casa del compartir, como atenta oyente de la voz serena de Lee Ok Sun, quien hoy cuenta con casi un siglo de vida.
La novela, publicada en español en 2022 por Reservoir Books, ha sido alabada por la crítica y por los lectores, nombrada Mejor cómic del año por medios como The New York Times, The Guardian y Los Angeles Times, ganadora de varios galardones entre los que se incluyen el Harvey Award, Krause Essay Prize y el Cartoonist Studio Prize, además de ser finalista de los destacados premios Eisner. Ha sido comparada por muchos con famosas obras gráficas biográficas como Maus, de Art Spiegelman, y, Persépolis, de Marjane Satrapi.