Reseñas

Ni una, ni unívoca: sobre «Frágil, expuesta», de Romina Reyes

Ismael Rivera Por Ismael Rivera

En «Frágil, expuesta» (Ediciones Libros del Cardo, 2022), Romina Reyes nos sorprende con un conjunto de poemas en que, como avisa su título, profundiza en el viaje y en el habitar otras ciudades para descubrirse a sí misma en las contradicciones de ser en otro lugar. [Créditos portada: Antonio Mata]

El tópico del viaje en la literatura ha sido abordado innumerables veces. Casi siempre es utilizado como una metáfora de un viaje interior en el que el o la protagonista logra conocerse. Icónico es ya el poema de Kavafis, Camino a Ítaca, y sus versos: «Ten siempre a Ítaca en tu mente. / Llegar ahí es tu destino. / Mas no apresures nunca el viaje. / Mejor que dure muchos años / y atracar, viejo ya, en la isla, / enriquecido de cuanto ganaste en el camino / sin aguantar a que Ítaca te enriquezca». En este poema, el poeta nos recuerda que más que la meta, lo importante es el camino que se emprende.

Pero hoy no vengo a hablarles de Kavafis, sino del último libro de la escritora chilena Romina Reyes (1988), quien anteriormente publicó Reinos (Montacerdos, 2014), la novela Ríos y provincias (Montacerdos, 2019), y los fanzines parecíamos eternas (2020) y manifiesto: privilegios y agravios de ser bisexual (2021), ambos publicados por hambrehambrehambre. En Frágil, expuesta (Ediciones Libros del Cardo, 2022), Reyes nos sorprende con un conjunto de poemas en que, como avisa su título, profundiza en el viaje y en el habitar otras ciudades para descubrirse a sí misma en las contradicciones de ser en otro lugar.

En uno de sus versos, escribe: «cada vez que abro un mapa, me pregunto si alguna vez fui distinta. ahora recuerdo que todas las ciudades se parecen». Para la poeta no importa si se está en Argentina, Uruguay o México. Aunque el entorno cambia y cambian las personas que la rodean, lo realmente importante está sucediendo dentro de sí. Pareciera recordarnos que la vida, como las personas, no es negra o blanca, sino que abarca un sinfín de matices y complejidades. Este viaje no será solo placer, será también descubrir que el dolor nos acompaña, y que la ciudad y el yo pueden corresponderse: «a veces siento que soy como acá: amable muy amable y horrible de lo peor».

¿Cuánto de nosotros o nosotras llevamos cuando habitamos otras ciudades? ¿Cuánto de nuestras ciudades llevamos? ¿Cuánto queda de otras ciudades al habitarlas? ¿Podemos escapar de quiénes somos? Al leer Frágil, expuesta surgen estas preguntas entre líneas. Algunas podrán responderse, la mayoría, no. Y es que en descubrirnos no hay certezas, sino solo más preguntas que se abren como un abanico de posibilidades: «hoy no quise usar mis zapatos, sino los de ella, porque no quiero ser la persona que soy. sin casa, sin familia, pero con amigas. me esforcé en el verano por hacerme creer que allá era otra, pero sólo soy una».

Pero Romina Reyes no solo aborda el plano interior, el amor y desamor que se vive en una ciudad otra, rodeada de otras personas. También es consciente de los peligros a los que se está expuesta al momento de viajar. Y aquí cambia el tono de sus reflexiones, dejan de ser metafóricas y se vuelven concretas, se hacen carne. Porque nada más concreto que la violencia que se ejerce contra los cuerpos de las mujeres. Y esta puede venir de un desconocido o de la pareja de una amiga. Y aquí el título del libro cobra otro sentido, mucho más real. Porque a las mujeres se les enseña desde pequeñas a estar alerta. Un saber que se pasa de generación en generación, de mujer a mujer. Paradójicamente enseñamos a las mujeres a cuidarse y no a los hombres a respetar, parece recordarnos Reyes. Y así, en el poema Tirarse de un taxi, leemos versos tan claros como el agua: «una, cuando anda sola y se hace tarde, tiene miedo de ser violada. cuando digo “una” me refiero a todas las unas de Chile». O en este otro: «la primera vez que un hombre me rozó el muslo no supe si reírme, hacerme la desentendida o llorar».

Ediciones Libros del Cardo, 2022

Frágil, expuesta es un libro que nos abre una ventana a la intimidad, las contradicciones y las experiencias de una mujer que podría ser cualquier mujer. Hace suyo el dicho que reza que lo personal también es político, exponiendo los aprendizajes adquiridos durante este viaje doble, interior y físico. Pero ojo, este no es un libro para ser leído solo por mujeres. También nos interpela a nosotros, los hombres, y nos invita a desaprender conductas nocivas, a revisar nuestro actuar. Y es que, como dice la editora y poeta Gladys González en el texto de contracubierta: «Entre las pequeñas agujas de ese mapa sabemos que se puede fallar, pero también sabemos, con convicción, que nadie podría renacer con tanta intensidad».

Les invito a ponerle atención al catálogo que ha levantado Ediciones Libros del Cardo a través de los años, convirtiéndose en una editorial fundamental de la escena independiente, desde Valparaíso. Un catálogo que pone el foco principalmente en autoras latinoamericanas, en los géneros de poesía, ensayo, novela, cuento, y que recientemente sumó una bella colección de literatura infantil.

Compartir en: Facebook Twitter
Ismael Rivera

Poeta, cantor y editor en Ediciones Oxímoron. Ha publicado los libros “Rincones”, “Desbautízame” y “Tizne”, y los discos de poesía musicalizada “Desbautízame” y “La última cena de los buitres”. Mediador de lectura y habitual de ferias del libro.

También te podría interesar