“Otro fin del mundo es posible” escribió alguien sobre el muro de una calle cercana, comenta una compañera en el trabajo. La frase gusta en el equipo y rápidamente se transforma en el título de una lista de canciones en Spotify: una selección de temas que ambientará nuestro propio fin del mundo. Lo comentamos en el almuerzo, mitad broma, mitad en serio. Esa misma semana, los titulares hablan del “Apocalipsis climático” que vive Australia: temperaturas que rozan los 50 °C en algunas zonas, granizos, tormentas de arena, todo en un breve periodo de tiempo, que asola la fauna y flora de grandes territorios. El cambio climático causa estragos, mostrando su rostro más cruel a los escépticos. ¿Pensaría en eso quien rayó dicha frase en aquel muro?
Para la destaca escritora de ciencia ficción norteamericana Octavia E. Butler el fin del mundo es posible y podría estar muy próximo a nosotros. En 2019, gracias al trabajo de Ediciones Overol y Virginia Gutiérrez, se publicó en nuestro país la primera traducción al español de Parábola del sembrador, la aplaudida obra de Butler editada originalmente en 1993. Un relato que inicia en el año 2024, narrado en primera persona por una adolescente llamada Lauren Oya Olamina, quien vive junto a su familia en uno de los pocos barrios que sobreviven a la crisis desatada en Estados Unidos: tensiones étnicas, falta de agua, drogadicción, corrupción y gente desesperada por sobrevivir en todas partes.
Además de enfrentar la violencia y desesperanza generalizada, Lauren debe vivir intentando ocultar que sufre de “hiperempatía” una condición que la hace partícipe del dolor físico de otros. A través de su diario seguimos los pasos de la protagonista, quien en su odisea por sobrevivir a un mundo que parece haber acabado con todos los códigos de convivencia humana, comienza a desarrollar su propia religión llamada Semilla Terrestre, la que poco a poco irá convocando una nueva comunidad en torno a la idea de Dios como cambio.
Parábola del sembrador nos provoca desde varios frentes, partiendo por ese desdichado futuro –tan cercano y angustiante– en el que la sequía ha repercutido en la economía, encareciendo el costo de la vida y empobreciendo a la población, cambiando por completo las prioridades y las formas de subsistencia; hasta un nivel más íntimo, en el cual vemos transformarse las relaciones humanas, potenciadas por el ímpetu de supervivencia, cruzando límites que horroriza imaginar. Los adultos que habitan el hogar de Lauren y sus hermanos no exageran: asesinatos a sangre fría, violaciones y canibalismo son parte del panorama que espera afuera de la precaria seguridad de su barrio.
Afrofuturismo
“Si hay algo más aterrador que una novela distópica sobre el futuro, es una escrita en el pasado que ya ha comenzado a hacerse realidad”, afirma Gloria Steinem, de Feed Your Need To Read, en la contratapa del libro de Butler. Precisamente una de las características más asertivas y sobrecogedoras de la historia de Lauren Oya Olamina es esa conexión con la realidad. Y no es solo que el 2024 en el que se sitúa nos sea tan próximo temporalmente, sino que los cambios tangibles del mundo en el que estamos viviendo resuenan en concordancia al futuro incierto de la Parábola del sembrador. La historia nos remece y nos desafía tal como pone a prueba a su protagonista: ¿cómo nos comportaríamos nosotros ante la falta casi total de trabajo, seguridad, comida y agua?
Con una carrera que comenzó con algunos relatos cortos en 1971 y su primera novela Patternmaster, publicada en 1976, Octavia Butler pasó a ser una de las más importantes representantes del afrofuturismo en la literatura, una corriente que, como sugiere su nombre, mira al futuro desde un enfoque cultural afro y que, como diría la autora y cineasta Ytasha L. Womack, explora “la intersección entre cultura negra, tecnología, liberación e imaginación”. En el caso de Butler, descubriremos protagonistas mujeres de raza negra y tensiones étnicas en medio de las dificultades que abordan sus novelas de ciencia ficción.
Como una mujer negra y solitaria, Butler afirmaba “siempre he sido una marginal”, y es desde esos orígenes raciales que ha construido parte de sus relatos, explorando siempre la naturaleza humana ante la desolación que ha plasmado en sus visiones del futuro. Su trabajo le valió varios reconocimientos, como los premios Hugo y Nébula en más de una oportunidad, además de ser la primera escritora de ciencia ficción en recibir la beca Genius de la Fundación MacArthur en 1995.
Para quienes gustan de las distopías, este libro no solo será un aporte al panorama literario en cuanto a afrofuturismo representa, sino una obra de ciencia ficción que aborda con tenacidad un futuro que nos saluda de cerca, uno que no se recuesta sobre la tecnología o los cambios abismantes de una sociedad que aún se fabrica en sueños (o pesadillas), sino que nos sobrecoge conduciéndonos por un camino que nos luce familiar, uno que podemos vislumbrar a lo lejos, con un destino que apela a nuestras conciencias, mostrándonos lo que queda cuando la ley del más fuerte entra a regirnos.
Parábola del sembrador habría sido pensada en un comienzo por Octavia Butler como la primera parte de una trilogía, pero finalmente solo escribió una obra más como continuación, Parábola de los talentos, que narra la historia cuatro años después de los acontecimientos de la novela original, sin embargo aún no ha sido traducida al castellano. Tal como sugieren los títulos de las obras –que aluden a relatos bíblicos– la religión creada por Lauren, Semilla terrestre, tiene un lugar importante en la trama y se constituye como un sistema de creencias que, entre otras cosas, sitúa la supervivencia del ser humano lejos de la Tierra, viviendo en otros planetas, una idea que congregará de a poco a su propia comunidad en este nuevo mundo. O nuevo fin del mundo.